Como pionero en su impulso, la Arquidiócesis de Yucatán promueve el cuidado de agua a través de un decálogo, el cual busca inculcar entre sus feligreses. En este se destaca al líquido como un don sagrado de Dios, respetando sus ciclos naturales, así como preservar los cenotes y todo lo que vive de ellos.
No solo los 10 mandamientos son promovidos por la Iglesia. También lo es un documento con compromiso social “que brota de nuestro amor a la eucarística y a la Iglesia”, destacó el presbítero Augusto Romero Sabido, en su momento. Esto en el marco del VII Congreso Eucarístico Nacional que tuvo como sede la ciudad de Mérida y que se celebró en septiembre pasado.
El tercer punto de este documento recomienda cuidar las plantas y reforestar; en el cuarto, utilizar productos de limpieza que no contaminen; quinto, privilegiar los productos naturales en tus prácticas agropecuarias; seis, utilizar formas tradicionales o nuevas para captar y aprovechar mejor el agua.
En su punto siete exhorta a los católicos y la ciudadanía en general a evitar que la basura contamine el agua; ocho, reducir tus desechos, reutiliza y recicla; nueve, consume solo el agua que necesitas y, por último, compartan con quien no la tiene.
Este documento es el primero que se hace aplicable para la entidad y que busca su réplica en varias entidades del país.
En su momento, Romero Sabido enfatizó que una de las principales responsabilidades en el cuidado integral de la creación sea la obligación de entregarle un mundo habitable a las generaciones futuras, a los niños que enfrentarán un tiempo de locura como señalan algunas leyendas mayas.
Indicó que los ciudadanos son quienes están acabando con este vital líquido con el destructivo estilo de vida que tienen, de ahí la importancia de los 10 puntos antes mencionados.
Con esto, no solo las organizaciones y asociaciones civiles le están apostando al cuidado del medio ambiente, la Iglesia también se ha sumado.
Texto y fotos: Jesús Gómez / Agencia
