Boleros eternos

 

Natalia Lafurcade rinde un homejane al folclore latinoamericano –muy bien– acompañada de Los Macorinos, una dupla de talentosos guitarristas. Los dos discos que la cantautora veracruzana lanzó en meses pasados evocan grandes éxitos un poco arrumbados para la generación afín a Natalia. Con una excelente química, logran que el bolero pueda conquistar una nueva generación.

Muy seguramente, de manera visionaria sabían que sería un acierto esta mezcla. Por una parte, Los Macorinos se formaron en 2004 tras el llamado de Chavela Vargas –gran escuela– pero antes de eso, ambos tuvieron diferentes historias.

Miguel Peña, quien es originario del estado de Jalisco, comenzó con la guitarra eléctrica con bandas en pequeños cabarets de la Ciudad de México y tocando el piano para música tropical en un pequeño pueblo en Sonora. Participó en producciones de la época de oro como José José, Lola Beltrán, Pedro Vargas, José Alfredo Jiménez, Marco Antonio Muñíz y Libertad Lamarque, entre otros.

Perteneció a la banda musical de José José durante más de 10 años. Por el otro lado, Juan Carlos Allende es originario de Argentina, radica en México desde hace más de 30 años. Fue violonchelista de la Orquesta Sinfónica de Bahía Blanca en su país natal. Llegó a México en 1988 y decidió incursionar en los géneros del Flamenco tradicional y el denominado “Nouveau Flamenco”. Ha desarrollado su arte como ejecutante de la guitarra española con diversas personalidades.

El primer acercamiento de Natalia Lafourcade con Los Macorinos fue durante el homenaje “Chavela y sus mujeres, un canto desde el corazón” en el estado de Durango en 2014. Después de esto, –en secreto– comenzaron a ensayar. La lluvia de acordes orgánicos envuelven a cualquiera en la nostalgia, en sus propias palabras, Los Macorinos calificaron su estilo: no es llorón, sino nostálgico, triste. La nostalgia, porque es una raíz de nuestra música mexicana. Si no se vibra, si no se siente, no es música mexicana.

Desde la colaboración, nacieron 2 álbumes, del mismo nombre, pero con Volumen 1 y 2. El segundo álbum incluye el relanzamiento de la canción “Un derecho de nacimiento” compuesto originalmente en 2012 para el “Movimiento #YoSoy132”, que es –en mi opnión– de las mejores canciones de llamamiento para nuestro país. En uno de sus acrodes, canta: “Voy a crear un canto para poder exigir, que no le quiten a los pobres lo que tanto les costó construir, para que el oro robado no aplaste nuestro porvenir”.

De éstas, me parece que es uno de los mejores ejemplos de que el rescate patrimonial, revalorización y música con critica pueden llegar a todos los rincones y a todos los públicos, y sacudir.

 

Por Silvia Carrillo*
silvia.carrillojimenez@gmail.com

* Asesora del Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Valladolid y maestra en Desarrollo Sustentable y Turismo.

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