Buscan alertar sobre los signos del mieloma múltiple

El diagnóstico temprano de ese tipo de cáncer permite que el tratamiento dirigido aumente la sobrevida del paciente, que actualmente se ubica en un promedio de 10 años.

En el mundo de la pandemia actual por el coronavirus covid-19, ayer se conmemoró el Día Mundial del Mielona Múltiple, en donde el promedio de vida de los enfermos es de 6 a 10 años.

Por ello es que hoy le traemos algunas recomendaciones que ofrecen el Instituto Mexicano del Seguro Social para atender este padecimiento.

Y es que el diagnóstico temprano del mieloma múltiple permite que el tratamiento dirigido aumente la sobrevida del paciente, que actualmente se ubica en un promedio de 10 años, afirmó el doctor Jorge Vela Ojeda, jefe del servicio de Hematología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional, La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“Hace poco más de 10 años, un paciente diagnosticado en cualquier parte del mundo, solamente vivía de 2 a 3 años. Hoy en día, gracias al trasplante de las células hematopoyéticas y a medicamentos innovadores que a diferencia de la quimioterapia no dañan a las células normales, el promedio de vida de los enfermos es de 6 a 10 años”, enfatizó.

Explicó que en el marco del Día Mundial del Mieloma Múltiple se busca sensibilizar sobre la prevalencia del padecimiento que afecta a hombres y mujeres por igual y la importancia de su detección oportuna, que incluso permite que entre el 20 y 30 por ciento de los pacientes puedan alcanzar más de 10 años de sobrevida.

Destacó que para detectar la enfermedad con mayor oportunidad se deben conocer los síntomas característicos que incluyen, entre otros, el dolor de huesos -que podría confundirse con artritis u osteoporosis-, por lo que llamó a que las personas de entre 59 y 60 años de edad estén pendientes para identificar este síntoma y otras manifestaciones como cansancio, fatiga, debilidad, falta de hambre, datos de anemia e insuficiencia renal.

Añadió también que este cáncer puede hacer disfuncionales los riñones, y afectar los huesos al grado de que se presenten fracturas sin una causa aparente y dañar las vértebras.

Indicó que el diagnóstico, aunque es difícil, se inicia con la sospecha a partir del cuadro clínico en el grupo de los adultos -principalmente mayores de 60 años; por lo que es muy importante que médicos familiares y médicos internistas identifiquen los datos característicos.

Puntualizó que una vez que se detecta un posible caso, en el servicio de hematología se realizan análisis de sangre, de orina, radiológicos y aspirado de médula ósea, para determinar la presencia de células malignas que se multiplican de manera anormal y confirmar el diagnóstico.

Texto y foto: Esteban Cruz / Cortesía

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