El año de campaña…

Por Miguel II Hernández Madero

Hace un año tomaron posesión las actuales administraciones municipales en Yucatán y los legisladores, tanto estatales como federales, después de unas elecciones en las que barrió a nivel nacional Morena, pero que no fue igual en esta parte de la Península; no obstante, ese resultado no dejó enseñanza alguna y los dos partidos mayoritarios en la entidad siguen lanzando discursos triunfalistas en vez de analizar cuál es la demanda de cambio planteada por el pueblo, en vez de continuar con el sistema que lo ahoga.

Todos lo saben, a nivel nacional Morena fue una aplanadora, pero en Yucatán se dio algo interesante. El PRI perdió la gubernatura y municipios importantes, por lo que solo gobierna a menos del 50 por ciento de los yucatecos, pero sigue siendo, en el papel, el partido que administra más Ayuntamientos, seguido por el PAN.

Pero el PRI agoniza. No es el partido que garantizaba para sí mismo “triunfos contundentes”; por el contrario, vive una crisis interna donde incluso hablan de cambiarle de nombre, de colores y de imagen, para presentarse con “una cara nueva” a las elecciones intermedias de 2021. Además de su división interna y falta de ideología de militantes, ese instituto político no tiene precisamente esas caras nuevas de las que tanto quiere afianzarse.

El PAN por su parte tiene el mismo panorama de las elecciones de 2007, cuando perdieron la gubernatura y llegó Ivonne Ortega Pacheco. Se están fraccionando, hay muchas tribus en su interior y ninguna se ha consolidado, basan su existencia en el canibalismo, royéndose a sí mismos. Como ejemplo tenemos el claro distanciamiento entre el gobernador Mauricio Vila Dosal y el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha.

Faltando un año para los procesos de selección interna de los partidos políticos, todo indica un crecimiento en Yucatán de la fuerza morenista, frente a los dos partidos hasta ahora líderes en Yucatán, pero que se van desgastando internamente.

A esto sumemos el clima de inconformidad que se va generando. No todo está tranquilo en esta parte de la Península, recordemos los reclamos de inseguridad en varios municipios como Umán, Seyé, Kanasín, Peto, Oxkutzcab y Valladolid, por decir algunos, en tanto otros languidecen entre la pobreza y el abandono.

En realidad, pinta gris el panorama para los dos partidos hasta ahora hegemónicos en Yucatán…, los ciudadanos tendrán puntos de comparación, con un discurso mediático del partido en el poder, que aprovechará y magnificará la inconformidad entre los yucatecos. Las elecciones de 2021 serán con un panorama muy diferente al de 2018 y entonces ya no tendrán un discurso triunfalista, sino que sus palabras serán de duelo.

Hasta la próxima…

 

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