El mal análisis que hace AMLO en su primer discurso como Presidente

Lo grave del mensaje de Andrés Manuel en su toma de protesta es que no logra distinguir el real entorno en que se desarrolló cada época, así como los determinantes de éxito o fracaso de cada momento que vive el país

Con la toma de protesta de Andrés Manuel para hacerse cargo del Ejecutivo Federal vino también un discurso de aceptación combinado con un diagnóstico nacional, en el que había aciertos y errores sobre lo expuesto. Aunque lo realmente relevante de su presentación es que para López Obrador existen políticos nacionalistas y no nacionalistas, siendo esa la única característica para calificar su trabajo.

Andrés Manuel señala a los líderes revolucionarios de principios del siglo XX como los héroes que se enfrentaron al poder político y económico del porfiriato, sumado al reconocimiento hecho a los políticos que han intervenido durante el proceso en que el modelo de sustitución de importaciones estaba vigente en México entre 1940 a 1970.

En el caso contrario se encuentran los políticos que han estado al frente del país a partir de 1982, ya que son ellos los que han instaurado y puesto en marcha un modelo económico neoliberal, el cual ha significado bajas tasas de crecimiento económico, así como la reproducción de condiciones de precariedad en los empleos y en la vida de buena parte de la nación.

Para López Obrador, el éxito de unos y el fracaso de otros radica únicamente en tener una actitud leal a la nación y mantenerse alejados de la corrupción. Los políticos de principios del siglo XX eran nacionalistas y limpios, mientras que los encargados del país a partir de la década de los ochenta son siempre corrompidos por el poder económico, lo cual ha provocado el estado de estancamiento en el que nos encontramos.

Grave error no pensar en que las instituciones y el marco legal que las regulan, así como el cumplimiento de la ley son el principal garante para que exista estabilidad económica, política y social. Grave error pensar que los nacionalistas no son corruptos y no se equivocan y eso solo les ocurre a quienes están a favor del libre mercado.

No perdamos de vista que durante el periodo de 1940 a 1970, las libertades para los obreros eran mínimas, ya que su control a partir de sindicatos era necesario para poner en marcha el modelo de industrialización del país. En esos años no existían elecciones libres (algo que señaló López Obrador en su discurso al agradecerle a Enrique Peña), ni tampoco la nación estaba exenta de casos de corrupción.

Lo señalado en el párrafo anterior es algo que empata a los políticos neoliberales también, es decir, control de algunos sindicatos (petrolero, educación, electricistas), casos de corrupción en todos los niveles y la intervención del Estado en elecciones locales y federales a partir del gasto público y publicidad oficial.

Lo grave del discurso de Andrés Manuel en su toma de protesta es que no logra distinguir el real entorno en que se desarrolló cada época, así como los determinantes de éxito o fracaso de cada momento que vive el país.

Repetir el modelo económico de 1940-1970 el día de hoy sería desastroso. No existen las condiciones externas de aquellos años, como son un mundo en época de guerra y posguerra, ciudades sin tanta densidad poblacional, así como un país que partía de cero después del proceso revolucionario de principios de siglo, al igual que continuar con la misma estrategia económica de los últimos 25 años, ya que tampoco ha sido una solución a los problemas de desigualdad.

Lo preocupante del discurso de Andrés Manuel es la incapacidad de hacer un análisis más profundo de cada momento histórico. Y de ahí aprender qué se debe y no se debe hacer para evitar una mala conducción de país.

En lugar del análisis, solo hemos visto a un presidente centrado en culpar de todos los males del país a la corrupción y el modelo económico actual, cuando en realidad el diagnóstico debe ser más amplio y preciso. Pues de lo contrario, no se estará avanzando en el mediano plazo.

Como primer discurso hemos visto a un López Obrador emocionado por asumir el cargo, asumiéndose como un político nacionalista y honorable, lo cual es bueno y necesario en un país como México. Aunque con el defecto de que aún no logra hacer un análisis de la real situación del país, lo cual puede ser costoso. Eso favorecería que los resultados prometidos jamás puedan llegar.

Texto: Edmar Ariel Lezama
Fotos: Cortesía

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