Un Manchester City más pragmático de lo habitual, que estuvo durante muchos minutos a merced del Chelsea, consiguió sostenerse y someter al irreverente cuadro de Maurizio Sarri en los penaltis después de 120 minutos de 0-0.
El lanzamiento de Raheem Sterling que certificó el sexto título para el City en esta competición, acabó con un Chelsea que supo manejar el favoritismo del City y en el que Kepa Arrizabalaga protagonizó el momento del encuentro al negarse a salir del campo, cuando Maurizio Sarri quiso cambiarle para meter a Willy Caballero en la tanda de penaltis.
Sarri, consciente de su delicada situación, se redujo en el planteamiento. Renunció a su estilo, a la posesión y al “nueve” puro y le entregó los galones a Eden Hazard en detrimento de un Gonzalo Higuaín apocopado en el banquillo.
Jorginho y David Luiz fueron los villanos de los Blues al fallar desde los once pasos, así como el portero español Kepa, quien pudo hacer mucho más en el cobro del Kun Agüero, que se le fue por debajo de las manos.
Por los Citizens, todos acertaron con salvedad de Leroy Sane. La máxima responsabilidad fue para Raheem Sterling, el extremo inglés que cobró al ángulo con tremenda frialdad el décimo de la tanda para darle su sexta Copa de la Liga al equipo de Manchester, que ya es segundo histórico en la lista de ganadores solamente detrás de las ocho del Liverpool.
Pep Guardiola consiguió así su cuarto trofeo al mando del Manchester City y el número 25 de su carrera, palmarés que podría crecer al final de la temporada porque su equipo sigue en la pelea por la Premier League, la Champions League y la FA Cup.
Texto y foto: Agencias
