El niño que creció en el cine

Kinécarus Apreciación Cinematográfica

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Con la perspectiva de casi 20 años, es un excelente momento para echar un vistazo hacia atrás hacia el viaje de madurez audiovisual de las películas de Harry Potter.

Empezando con las dos primeras películas dirigidas por Chris Columbus, cuyo estilo combinaba perfectamente con el mundo mágico de Harry. Los colores saturados, la cinematografía juvenil, las actuaciones infantiles, la música fantasiosa y el diseño de producción nos llevan a un mundo de magia que es una representación visual de la infancia, en donde aunque hayan cosas oscuras al acecho, siempre se sale victorioso.

Con la tercera, dirigida por Alfonso Cuarón, todo cambia, no solo porque los actores hayan crecido, sino porque Cuarón se encargó de que esta película marcará el inicio de su madurez: la cinematografía se extiende más allá del castillo, los colores son más opacos; todo es una señal de que la infancia se está quedando atrás y la oscuridad de la adultez se asoma bajo una última capa de inocencia.

La cuarta entrega, dirigida por Mike Newell, hace un contraste más atrevido con las anteriores. La paleta de colores es oscura, vemos otras perspectivas diferentes, y los temas que aborda son de adultos jóvenes; pero lo más impactante es que es la primera vez que Harry no es capaz de salvar a un amigo, y todos sus peores miedos se materializan en una noche. La inocencia y pureza de la infancia mueren y se entra de lleno en la madurez.

David Yates dirigió las 4 últimas películas de la saga, y consiguió balancear la política, el peso emocional y el tono más adulto de la historia con el realismo y seriedad que se requería.

El viaje desarrollado en 8 películas es el de una vida cualquiera: una infancia pura e inocente, que poco a poco crece y madura hacia la adultez con la oscuridad más presente. Pero siempre y cuando podamos hacer uso de nuestra magia interna, somos capaces de triunfar y vencer al mal con el bien.

Agradecemos a Cinépolis Las Américas por su apoyo en la realización de esta columna y las reseñas que podrán encontrar en la página de Kinécarus.

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