Engaños

Por Armando Escalante

Cada determinado tiempo con una puntualidad confirmada, el presidente Manuel López riega sus plantitas para conservar viva su imagen y hasta tratar de crecerla: sin fallar, cada tres o cuatro semanas pasa revista por temas que le permiten mantener encendida la flama de la esperanza que es lo que mejor sabe hacer. Para quienes lo observamos con otros ojos, eso no es más que avivar el fuego de la discordia y no dejar que se apague con sus inacciones o con los pocos resultados que obtiene en su gestión.

Como marcan los expertos en marketing, la semana pasada sacó a la luz unas compras de rastrillos de rasurar así como otros artículos de tocador, adquiridos por el Estado Mayor Presidencial anterior, destacando que esas adquisiciones fueron para un solo vuelo del avión presidencial. El señor López adelantó que lo más seguro es que fueran “facturas falsas”. No ofreció investigar nada. Solo tiró la piedra como sabe hacer, e igual escondió la mano. Especuló con el tema y dejó el veneno inoculado entre sus seguidores para mantener encendida la flama que los calienta.

La realidad es que no le interesa perseguir ni aclarar este caso porque podría resultar una compra cierta, por ejemplo, que hayan sido enseres de aseo para llevar a una gira presidencial donde se movían 300 soldados, y además surtir al avión presidencial para reporteros, invitados y la tripulación. De ser así, el hecho tendría explicación, y como no estaba prohibido que al presidente lo acompañe tanto personal, ni tampoco era mal visto que lo cuiden, en especial si iba a representar a México en compromisos internacionales, adquirir lo necesario para ese fin no tiene mayor discusión.

No obstante, envenenar a la gente con datos que nadie verifica, acrecentar su coraje “contra los anteriores” por todo lo que hicieron, y causar escarnio en la opinión pública, es más rentable que construir, lograr y producir. Destruir es más fácil y vaya que AMLO lo sabe.

Lo que nadie saldrá a decir de entre los propios militares, porque sería meterse entre las patas del animal, es que una compra de un millón de pesos en papel de baño, navajas de rasurar, y gel, autorizada en el presupuesto del Estado Mayor Presidencial, es cientos de miles de veces menor a pagar la renta mensual -en un hangar de EEUU- de una nave que parece que nadie quiere comprar, y que sacaron de México para que el mandatario pueda decir: “ya no hay avión presidencial” en un anuncio del informe.

Desbaratar la construcción del aeropuerto de Texcoco y devolver dinero, sumado a lo que se invirtió y que no servirá para nada, representa la compra de muchos millones de rastrillos, toneladas de gel y de miles de rollos de papel de baño. Y eso si es verdad y si lo hizo López.

El Xix.- Ya se escuchan las mentadas de madre contra las autoridades por el gigantesco, fenomenal caos vial que se producirá en Mérida a partir del martes 17 de septiembre en el marco de un concierto y una visita de ganadores de premios Nobel. Además de “ponernos en los ojos del mundo” esos cierres de calles y avenidas que hace la SSP “nos ponen en el coraje de la gente”, de los que si votan aquí, y le complican la vida laboral y escolar a unos ciudadanos que siguen sin explicarse cómo alguien puede -entre sus autoridades- dilapidar su capital político promoviendo que los habitantes sufran la “promoción” de su ciudad.

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