Fallece Alicia Alonso, ícono de la danza cubana y mundial

La bailarina cubana Alicia Alonso, una figura legendaria de la danza clásica, falleció este jueves a los 98 años, informó a Efe un representante del Ballet Nacional de Cuba (BNC).

Alonso, quien pese a su avanzada edad permanecía en activo al frente del prestigioso BNC, se encontraba ingresada por complicaciones de salud en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana, donde murió en torno al mediodía.

La causa del fallecimiento fue una enfermedad cardiovascular, según la estatal Agencia Cubana de Noticias.

Aunque en los últimos meses circulaban en la isla comentarios sobre el delicado estado de salud de la bailarina, ni el BNC ni su entorno divulgaron su hospitalización, por lo que de momento se desconoce cuánto tiempo permaneció ingresada en el CIMEQ.

En este prestigioso y discreto hospital militar también se tratan las personalidades extranjeras que recurren a Cuba para recibir atención médica.

Tampoco se han difundido por ahora detalles sobre los funerales y homenajes que previsiblemente rendirán en Cuba a su “prima ballerina assoluta”.

Alicia Alonso dedicó su vida a la danza, con una sólida formación como bailarina y un estilo propio, y fundó hace 70 años junto a los hermanos Fernando y Alberto Alonso la escuela cubana de ballet y el Ballet Nacional de Cuba (BNC), el primero de su tipo en la isla y que fue declarado Patrimonio Nacional en 2018.

La creadora calzó las zapatillas por última vez en un escenario para interpretar la pieza “Farfalla” en Italia, el 28 de noviembre de 1995, casi a los 75 años de edad.

Sin embargo, permaneció al frente del BNC y en la presidencia del Festival de Ballet que cada dos años reúne a figuras internacionales de la danza en La Habana.

Alonso nunca faltó a esa cita hasta la edición de 2018, cuando no pudo asistir debido a una indisposición temporal, aunque días después reapareció en un acto en el que canceló un sello postal.

En septiembre pasado el Ballet Nacional de Cuba regresó a México luego de 15 años de ausencia con una de las obras más aclamadas en su repertorio, “Giselle”.

Su legado. Defensora y fiel a la Revolución Cubana, fue maestra de generaciones de bailarines de la isla y de Latinoamérica. Una leyenda de la danza que tuvo gran influencia en varios países, entre éstos México –en particular en los años 70 y 80-. Así describe su legado el crítico de danza y periodista, Juan Hernández.

El crítico resalta, en particular, la creación por parte de Alonso de un método de bailar ballet clásico que tomó en cuenta las características del cuerpo de los cubanos y, en general, de los latinoamericanos, muy distintas físicamente, pero también muy distintas en la capacidad de expresar sus emociones, a las de otros bailarines.

Hernández recuerda que fue una gran bailarina magistral a pesar de que tenía un problema de visión, y que se ganó siempre el cariño del público.

“Tenía un manejo de la técnica muy virtuoso, pero también tenía un carácter que le permitía construir personajes y expresar sentimientos a través de ellos. Era muy contrastante; fuera del escenario era un tanto fría, pero en el escenario se transformaba. Ese era el espacio donde se sentía más a gusto”.

Texto y foto: EFE / El Universal

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