Hipertensión arterial, enfermedad silenciosa que causa la muerte

La prevención y atención a las enfermedades que detonan un infarto al miocardio o un infarto cerebral, como lo son la hipertensión, la diabetes y la obesidad es indispensable para evitar más muertes en el mundo, indicó el presidente de la Asociación Nacional de Cardiología de México, Francisco Javier León.

En conferencia de prensa en el marco del Día de la Hipertensión Arterial, que se conmemora el 17 de mayo, dijo que ésta es una enfermedad silenciosa que durante años puede pasar inadvertida, y muchas veces las personas debutan con un ataque al corazón o un derrame cerebral.

Destacó que los principales factores de riesgo para padecer la enfermedad son el tabaquismo, la obesidad y la contaminación ambiental, ya que estudios “han demostrado que a mayor contaminación aumenta el número de muertes por infarto al miocardio”.

Se estima que en el mundo hay un billón de personas con hipertensión arterial, y de continuar la tendencia actual, para el año 2025 se incrementarán a 1.5 billones.

En México, detalló el especialista, uno de cada cuatro adultos padece esta enfermedad y 60 por ciento de ellos lo desconoce. Indicó que siete de cada 10 mujeres y cinco de cada 10 hombres no sabían que tenían hipertensión arterial hasta que por algún malestar mayor fueron diagnosticados.

A su vez, el cardiólogo Luis Antonio Alcocer Díaz-Barreiro, indicó que anualmente mueren en el mundo 10 millones de personas a causa de esa enfermedad.

Mencionó que 95 por ciento de los pacientes con hipertensión necesitan ser medicados y solamente 30 por ciento recibe tratamiento farmacológico, lo que quiere decir que nada más una tercera parte está controlada.

Agregó que el sector salud en el país gasta anualmente 3.9 millones de dólares en la atención de enfermedades vasculares, entre las cuales está la hipertensión.

La presión arterial es la fuerza necesaria para que la sangre circule a través de los vasos arteriales. Cuando esta fuerza es excesiva o más alta de lo recomendable, se habla de hipertensión arterial (HTA). Se dice que la tensión arterial es alta cuando supera las cifras de 140/90 mmHg.

La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo cardiovascular. Se la conoce como ‘el asesino silencioso’, porque en la mayoría de casos no presenta síntomas, por lo que se pueden llegar a desarrollar problemas cardiacos o renales sin ser conscientes de padecer hipertensión.

La mayor parte de las veces no hay una causa concreta desencadenante de hipertensión, por lo que se denomina hipertensión primaria o hipertensión esencial. El 90% de los hipertensos serían de este grupo. A pesar de no haber causa específica sí se sabe que hay condicionantes que aumentan la probabilidad de desarrollar hipertensión arterial, como son la edad avanzada y los antecedentes familiares de HTA.

La presencia de otras enfermedades como diabetes, colesterol elevado y obesidad también predisponen a padecer hipertensión arterial.

Hay un porcentaje más pequeño de casos en los que la hipertensión arterial es secundaria a alguna circunstancia concreta: consumo de alcohol (sobre todo en el sexo masculino), algunos fármacos (corticoides, antiinflamatorios, anticonceptivos en mujeres), enfermedades renales, y otros trastornos menos comunes.

El tratamiento de la hipertensión puede hacerse mediante dos vías, por un lado la adquisición de hábitos de vida saludables, y por otro lado mediante fármacos.

Tratamiento no

farmacológico

El tratamiento no farmacológico de la hipertensión incluye todas aquellas medidas consideradas como estilos de vida saludables recogidas en el apartado de prevención. En todos los hipertensos se recomienda una restricción moderada de sal, especialmente en individuos ancianos y de raza negra, que responden mejor a la disminución de sal.

La reducción de peso si este fuera excesivo también es un aspecto fundamental, si bien una reducción de 5-10%, al menos como planteamiento inicial, puede ser un objetivo mucho más asequible que intentar conseguir el peso ideal.

Tratamiento

farmacológico

El beneficio del tratamiento farmacológico es máximo en los pacientes de alto riesgo, es decir, los que tienen cifras de presión arterial más altas, o los que presentan otros factores de riesgo asociados, como tabaquismo, diabetes, colesterol, obesidad.

Es imprescindible cumplir bien el tratamiento prescrito por el médico. Existen muchos medicamentos eficaces para el control de la presión arterial, pero cada paciente puede tener unas características que hagan que un fármaco sea más recomendable que otro. Se han de seguir escrupulosamente las indicaciones realizadas por el médico. En el caso de que se presenten efectos secundarios, estos suelen ser leves, pero si hay dudas es imprescindible consultar con el médico antes de modificar o suspender el tratamiento.

Suele ser habitual que muchos pacientes necesiten más de un fármaco para poder controlar adecuadamente su presión arterial.

La mayor parte de las personas con hipertensión, al menos en las fases iniciales, no suelen tener síntomas, o estos son muy leves.

Es importante mantener desde jóvenes unos estilos de vida saludables: dieta mediterránea rica en frutas y verduras, predominio del pescado sobre la carne, y baja en sal y grasas; mantener un peso adecuado y evitar el sedentarismo, siendo recomendable realizar una actividad física acorde a las características, edad y capacidad del individuo. En aquellos pacientes fumadores es prioritario dejar de fumar.

Practicar ejercicio moderado y adaptado a las posibilidades de cada individuo es una excelente forma de mejorar el control de la presión arterial, además de ayudar con otros factores de riesgo: mejorar la diabetes y el colesterol, y mantener o conseguir un peso adecuado.– Agencias

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