Joven innovador crea harina de plátano

Consciente que en la vida siempre habrá retos a vencer, Uriel Omar Sosa Sánchez, estudiante del noveno semestre de la carrera de Ingeniería Industrial Logística de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), ha logrado su sueño: convertirse en un empresario, abriéndose camino en el mercado de alimentos, mismo que no ha sido nada fácil.

—Todo el tiempo habrá retos, pero el objetivo es que te puedas fortalecer a partir de ellos, de esas pruebas que te puedan aparecer. Hay mercado para todo, puedes aprovechar uno de ellos. Aunque para una persona sea insignificante, puede ser lo que se necesita —destacó.

Su abuelita, quien padece diabetes, fue el principal motor para crear este alimento, comentó en una entrevista para Punto Medio, que forma parte de esta tercera entrega del “Oficio de Soñar”.

¿Cómo surge la idea?

Todo empezó por una materia de emprendedores, el objetivo era buscar algo innovador que pueda ayudar de manera social a las personas que están en Yucatán. En ese momento mi abuelita estaba en la casa: es una persona con diabetes y no puede ingerir cualquier cosa, tenía un brownie que no podía comer, tuvo problemas con mi mamá y discutieron.

Llegué a la escuela y en mi mente estaba eso: ¿Cómo hacerle para que mi abuelita pueda volver a comer un brownie? Y fue ahí que surgió la idea de desarrollar un producto que ayude a consumir sus alimentos sin tener que restringirse por cuestiones metabólicas, y lo hemos logrado con este producto.

¿Qué diferencia existe con las demás harinas?

No es un polvo vacío, es rico en probióticos naturales que ayuda a reducir picos de insulina en la sangre y ayuda al desarrollo de la microbiota. Por lo general la gente consume probióticos -bacterias de beneficio- pero jamás los alimentan.

Este producto ofrece nutrientes de calidad para esos microorganismos y no necesitas poner muchos. Hay una población buena, natural y equilibrada, y ayuda a mejor el funcionamiento del sistema digestivo.

¿Por qué plátano?

Investigamos sobre varias frutas, varias hortalizas y el plátano nos gustó porque lo puedes encontrar todo el año. Solo a Mérida llegan 23 toneladas semanales, de las cuales vamos a utilizar cinco, hay una buena demanda. Todo el año hay.

Investigamos manzanas, mango, aguacate… De igual forma, vimos el costo-beneficio, nos resultó mejor. Tenemos un producto que a la larga puede ayudar a abaratar costos y poder llegar a ser un producto de la canasta básica.

¿Ha sido difícil el caminar?

¡Bastante! La verdad que nos ha costado mucho trabajo. Se nos vino un competidor que está haciendo productos similares, desgraciadamente un amigo, y sí nos pegó en el sentido emocional, pero dijimos: vamos a competir bien, ya tenemos una motivación para mejorar cada momento y no quedarnos dormidos en los laureles.
La situación fue tomada como una oportunidad para crecer, “y es por eso que estamos aquí”.

¿Qué representa este proyecto para ti?

¡Un sueño! Estudié ingeniería por las ganas de tener una empresa -las matemáticas la odiaba- pero dije: tengo que entrar porque eso me dará las herramientas para tener una empresa y gracias a Dios lo logramos. Y eso es bueno, representa metas cumplidas, oportunidad de poder hacer algo por las personas, no solamente por algo que te beneficie.
Comenzó con mi abuelita, y así como ella ya puede comer un brownie, un hot cake, varias personas nos han dicho que pueden hacerlo.

¿Qué papel jugó la familia?

La universidad me ha apoyado mucho, pero la familia es quien te dice -mi mamá y mi papá-: ¡Hijo, tu puedes lograrlo! Me dan motivación. El dinero que necesitábamos al principio ellos no los dieron. ¡La familia lo es todo! Y hay gente que seguro nos va a decir que no tiene familia, pero un amigo, la persona que esté más cerca, esa es tu familia.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes que no han podido desarrollar una idea?

Que no se detengan. Todo el tiempo habrá retos, pero el objetivo es que te puedas fortalecer a partir de esos problemas, de esas pruebas que te puedan aparecer. Un joven o jóvenes pueden ser empresarios como muchos, en la juventud podemos hacerlo algo innovador.

Texto: Jesús Gómez
Fotos: Juliana Sepúlveda

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.