Por Carol Santana
Esta semana, la usuaira de Twitter analuzsazo se hizo viral gracias a su denuncia en contra de las canciones del rapero Johnny Escutia. Las letras de sus canciones llenas de odio, incitan a violar, asesinar y descuartizar a mujeres.
Ana Luz expuso que mientras por problemas de derechos y legalidades se van eliminando ciertas canciones dentro de las plataformas digitales -como Spotify-, hay contenido violento y agresivo que sigue lucrando activamente en estos espacios. Y tal es el caso de Johnny Escutia, también conocido como el King de la Furia.
Conforme la usuaria iba exponiendo las letras y las creaciones de este sujeto, sus seguidores la comenzaron a amenazar de muerte, enviando fotos de balas y acosandola en diferentes medios.
La indignación contra Johnny se incrementó al ver las amenazas de muerte que tenía en contra de la youtuber mexicana Yuya. Así como justificar la pedofilia, y hacer apologías al delito. Spotify y otras plataformas eliminaron su contenido gracias a la indignación colectiva que a la fecha exige la protección de Ana Luz y que se investigue a fondo a Johnny Escutia y los posibles crímenes que ha cometido.
Por su parte, Yuya declaró a través de su cuenta de Instagram que ya había hecho las denuncias correspondientes y agradeció la preocupación colectiva. Las amenazas de Johnny hacia ella y su familia no eran nada nuevas y en su momento podría hablar de este proceso cuando estuviera lista.
Colectivos feministas también se unieron a las peticiones de protección para Ana Luz, en especial en esta cuarentena sanitaria donde los gobiernos han minimizado la violencia hacia las mujeres. El propio presidente de la República se ha burlado de las cifras alarmantes de las denuncias telefónicas diciendo que el 90% de estas son falsas.
El desinterés de las autoridades no nos sorprende, como tampoco lo hacen las letras y los seguidores de Johnny Escutia. Día a día, millones de mujeres conviven con potenciales feminicidas en diferentes esferas de su vida, tanto en lo público como en lo privado.
Y aunque eliminar el contenido violento de estas plataformas es un inicio, la realidad es que no soluciona mucho, sobre todo porque incrementa el enojo y odio de los misóginos seguidores de Johnny.
Tratar la violencia de género no es fácil pero necesitamos mejores soluciones que nos permitan tratar el problema de raíz, y no acciones momentáneas que a largo plazo puedan no ser efectivas, y generar más enojo y violencia en contra de las mujeres.
