Los sones de la Orquesta Típica Yukalpetén marcaron la pauta para que la algarabía yucateca inundara el Pabellón Este del Palacio de los Deportes. Se trata de la fiesta más esperada cada año. Un pedacito de la tierra del faisán y del venado llegaba para conquistar una vez más a los habitantes de la Ciudad de México.
Desde el pasado jueves, manos trabajaban a marchas forzadas para regalar al público de la Ciudad de México la mejor de las exposiciones, pues el tiempo había llegado. Era momento de maravillar a los asistentes con decenas de productos, desde las hamacas hasta la tradicional torta de cochinita.
El momento llegó y fue el Monumento a la Patria, obra del escultor Rómulo Rozo Peña que se ubica sobre la icónica avenida Paseo de Montejo, quien le dio la bienvenida a los asistentes, entre ellas el gobernador Rolando Zapata Bello y Rubén Gerardo Corona González, subsecretario de Innovación y Desarrollo Turístico.
Tras el saludo y una foto para enmarcar el momento, se dirigieron hacia el escenario principal, donde ya esperaba un multitud. Ahí, Corona González calificó a Yucatán como la joya del sureste y reconoció la participación de la Orquesta Típica, premio nacional de las artes. Pero también, destacó el trabajo que hace Yucatán, el cual lo convierte en un destino romántico, tan es así, “que por eso se casan tanto”, dijo.
Durante la inauguración, fue el entusiasmo del Ballet Folclórico del Estado, quien con el ritmo de la jarana convirtió el Pabellón en una verdadera fiesta de pueblo, donde predominó la algarabía. Con la jarana y el baile de las botellas los yucatecos lucieron su habilidad para zapatear.
Texto y foto: Jesús Gómez
