La gente bien

En numerosas ocasiones he escuchado la frase “es que es una chavita bien” o “ya sabes, somos gente bien” para justificar modos de ser, críticas o argumentos diversos. También, existe una revista que se llama, ni más ni menos, “Gente Bien”. Me pregunto, ¿cuáles son los criterios para que alguien sea considerado parte de la “gente bien”?

Primero, el término está mal usado. Una persona “está bien” o “es buena” o “es un bien” pero uno no “es bien”. Un bien puede ser un objeto que tenemos y que nos pertenece, o simplemente un objeto tangible. Igualmente, un bien puede ser algo (tangible e intangible) que nos produce un bienestar o que nos ayuda a acercarnos a nuestra idea de lo correcto y/o felicidad. Ejemplos de esto serían: mi celular es un bien, tengo muchos bienes, la escuela es un bien para este niño, ese curso o retiro es un bien para la sociedad porque genera que las personas sean conscientes de su realidad, etc.

Partiendo de que está mal usado el término, sería bueno analizar tres modos en los que podría este derivar: “Gente que es un bien para otros”, “gente que hace un bien” y “gente que es buena” y ver si las mismas personas que se identifican o que son identificadas como “Gente bien” se sienten identificas en estos modos.

El primero, personas que son un bien para otros, podríamos pensarlo en un principio como personas que son un objeto para otros. Reducir al humano a un objeto ha llevado justificar a la esclavitud, la trata de personas y muchos otros crímenes humanitarios. También, podríamos entenderlo como personas que siendo como son, generan sentimientos o cosas agradables para quienes los rodean. Esto no quiere decir que consideremos a la persona buena o mala, si no que nos trae algo positivo independientemente de cómo la juzguemos. Sin embargo, normalmente a alguien que siendo como es nos brinda algo positivo, la juzgamos como buena.

El segundo, gente que hace un bien, se refiere a personas que realizan acciones que son consideradas como buenas. Puede ser que una persona que juzgamos como “mala” haga un bien por la sociedad, un ejemplo sería el “Chapo” Guzmán, quien ha empleado a miles de personas, pagado XV años, vestido a equipos de futbol y pagándole la educación a niños. Cosas que el Estado no cubre, el “Chapo” las cubrió. Aquí podríamos argumentar que una primavera no hace verano, es decir, que el que haya hecho una (o unas) cuantas buenas acciones no lo hace ser una buena persona. Entonces, la gente que “hace un bien” puede ser gente que consideramos mala pero que en ese momento está haciendo un bien.

Por último, al referirnos a “la gente que es buena” podría parecer que volvemos al primer modo y entonces surge la pregunta, ¿lo que es bueno es objetivamente bueno o depende de cada quién? Es decir, si lo “bueno” es algo que decido arbitrariamente yo, o es algo que es un común para todos.

Podríamos afirmar, de la manera más conservadora, que lo que es bueno es lo que no va en contra de los derechos humanos. Avanzando un poco más, no es solo lo que no va en contra si no lo que los promueve. Desde mi perspectiva, lo bueno es aquello que genera una sociedad más equitativa, con relaciones horizontales e iguales oportunidades para todos, sin saltarse en ningún momento del proceso, a los derechos humanos.

Me pregunto si quienes se consideran “gente bien” se sienten identificados en alguno de los modos. Me extraña que cada vez que escucho la frase, es para referirse a una persona de un grupo pequeño y privilegiado de la sociedad. Al parecer, la “gente bien” es necesariamente gente rica o con ciertos apellidos, que fue a cierta escuela, que se lleva con cierta gente, habla de cierta manera o tiene ciertos privilegios.

Volviendo a los modos de usar correctamente la frase, no logro entender por qué las personas con menos dinero o que no encajan en ninguna de las descripciones hechas arriba, no pueden ser consideradas buenas, un bien o que hacen un bien.

Hay gente en todos los círculos sociales y de todos los niveles socio-económicos que son personas trabajadoras, honestas, justas y que día a día realizan actividades para generar una sociedad mejor, más horizontal y con mayores oportunidades. Estas, para mí, son la gente bien.

El término, como es usado hoy en día, divide, excluye y no logra que nos acerquemos, ni por asomo, a la sociedad que mencionamos anteriormente. El lenguaje es muy poderoso, dice Ludwing Wittgenstein que el límite de nuestro lenguaje es el límite de nuestro mundo. Quienes usan el término “gente bien” para referirse a un grupo privilegiado por el azar, creo que su mundo termina en la puerta de su casa.

Aunque pareciese el objetivo del artículo, lo más importante no es que esté usada mal gramaticalmente, sino que es una frase discriminadora y clasista, que promueve la exclusión social, enfatizándola y haciéndola común.

Por último, quiero recordar que nos quejamos fuertemente de que Trump quiere construir un muro, pero nosotros lo hacemos diario, no solo con las paredes de nuestra casa, sino con nuestra forma de expresarnos dividimos, excluimos y discriminamos.

Por Renata Millet Ponce
milletrenata@gmail.com

* Estudiante de Ciencia Política en el ITAM y Pedagogía en la UNAM. Lectora, amante del mar y la navegación.

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