Por: Jhonny Eyder Euán
México recibió otra puñalada por la espalda, pero digamos que “se aguantó” y no se vengó con inocentes, al contrario, actuó con decencia y respeto. Resulta que posiblemente algún francés alertó al país sobre las intenciones de una casa de subastas francesa: volver a vender arte precolombino de origen mexicano.
Tal y como sucedió en septiembre pasado, la casa de subastas Millon anunció una venta de piezas de arte a precios que van desde los 120 a los 80 mil euros. No me consta, pero a lo mejor el community manager de Millon revisó las noticias mexicanas y publicó una foto de la venta “Los imperios de la luz”, justo cuando en suelo azteca se hablaba de piezas precolombinas. Pero bueno, quizás fue simple coincidencia que la subasta fuese anunciada cuando el canciller, Marcelo Ebrard, hacía oficial la devolución de 37 piezas arqueológicas a Perú.
Esta entrega voluntaria ocurrió porque, desde 2002, ambos países americanos firmaron un acuerdo para restituir artefactos patrimoniales que hayan sido importados ilegalmente. De hecho, México ya había devuelto piezas a Perú en 2017.
Mientras esto pasó en Ciudad de México, en París la casa Millon tiene todo listo para sacarle jugo a: una venus de rasgos felinos y labios acentuados, una cabeza de serpiente tallada en una semilla de cacao, un jaguar sentado que representa la transformación chamánica del hombre en animal, entre otras piezas.
México intentó por todos los medios posibles detener la subasta de septiembre pasado, y una segunda ocurrida a finales de octubre por parte de la también francesa casa Sotheby´s. Sin embargo, la vía del diálogo no parece funcionar para las autoridades mexicanas en esa “lucha por el patrimonio histórico”.
Tal parece que el país tiene argumentos de peso para perder la paciencia, la cordura, e iniciar una guerra por el arte contra Francia. ¿Se lo imaginan?
Yo creo—recurriendo a la ficción— que un buen primer paso sería recuperar a la fuerza lo que les pertenece. Las autoridades comandadas por López Obrador podrían orquestar un asalto a la casa Millon. Sería un suceso parecido al que ocurrió en el Museo de Nacional de Antropología en 1985, cuando, en plena Navidad, dos jóvenes entraron al recinto y se llevaron 140 piezas de alto valor histórico.
¿Imaginan a infiltrados vulnerar la seguridad de un lujoso edificio en París y meter en sus mochilas todas las piezas de arte para luego volver como héroes al país?
