En el estado hay 106 municipios, de los cuales 76 tienen como presidente municipal a un hombre, mientras que sólo 30 a mujer. Ese es el tamaño de la disparidad entre hombres y mujeres en la vida política de Yucatán, fenómeno que se repite a lo largo y ancho de todo el país.
Y si bien en nuestro estado el avance es significativo, luego de que en el 2015 sólo 8 mujeres lograron ser alcaldesas, aún existe un trecho que se debe recorrer, ya que la diferencia sigue siendo notoria. Claro que no se trata de darle a la mujer puestos por decreto, ya que se trata de la decisión de la ciudadanía mediante su voto, pero sí es necesario que el camino que permita su participación sea menos espinoso.
Hoy en nuestras páginas principales tenemos las declaraciones de la coautora del libro “Violencia política contra las mujeres. El precio de la paridad en México”, Gabriela Vargas, quien afirmó que es en el ámbito político en donde se vive una brutal violencia contra la mujer, en un ambiente en el que toda la vida ha sido dominado por los hombres.
En Yucatán se han dado pasos, tanto con la creación de la Secretaría de las Mujeres y con la conformación de un gabinete paritario que tiene en puestos relevantes a representantes de este género.
Sin embargo, han recorrido un largo camino y lo seguirán recorriendo hasta que tengamos a la primera mujer presidenta, la primera de muchas otras.
