Entre las acciones emprendidas por el Presidente de la República, una de las más populares y las que mayor sentido han tenido, es el del combate al huachicol o robo de combustible.
Andrés Manuel López Obrador tiene la idea clara de resucitar a Pemex. Es bien conocido que a él no le parece viable (al menos por el momento) el uso de energías renovables, y que prefiere seguir aprovechando hasta la última gota de petróleo que exista en nuestro territorio. A eso se debe su intención de construir varias refinerías que ayuden a potencializar la exportación de crudo.
Una de las medidas más apremiantes para lograr su propósito fue la de combatir el robo de combustible. Acabar con el huachicoleo que tanto daño le ha hecho a Pemex y a nuestro país.
Mientras que otros gobiernos decidieron hacerse de la vista gorda en este tema, para AMLO si es vital acabar con las tomas clandestinas y la ordeña ilegal de ductos, ya que, en su idea, esto traería importantes ahorros a las arcas del Gobierno.
En lo particular, esta medida es de lo más atinado que ha realizado hasta el momento y se tiene que aplaudir, ya que se trata de la primera acción real en busca de acabar con la corrupción que siempre ha vivido dentro de la paraestatal y que otros gobiernos prefirieron ignorar por el costo político que esto representa.
En Yucatán ya llevamos ocho tomas clandestinas clausuradas y esperamos que sean más. Ya es hora de ir desterrando la corrupción y en eso todos estamos de acuerdo con el Presidente.
