Les deseo una Navidad como en las montañas

En esta semana que inicia es momento de desearles una feliz Navidad, y por eso les deseo la mejor Navidad como en
las montañas. Sonrío por esto, porque quiero recomendarles que lean un buen libro, éste es “Una Navidad en las montañas”, del mexicano Ignacio Manuel Altamirano, autor que nace cerca de Tixtla, en el estado de Guerrero, el 13 de noviembre de 1834; sus padres Francisco Altamirano y Gertrudis Basilio eran indígenas puros; el primero recibió su apellido del español Juan Altamirano, padrino de uno de sus ascendientes.

Se puede decir que Altamirano representa la escuela del romanticismo en México, en sus obras revela las costumbres de la época en la cual se desarrolla, por eso con justa razón esta narración, por la temática, comparte rasgos del
Romanticismo social en México y por la descripción de paisajes y estereotipos de personajes, del Costumbrismo. Esta obra es la tercera novela de Altamirano, donde narra el encuentro de un capitán, que luego de combatir en la Guerra
de Reforma (1858-1860), vaga por algún lugar de las serranías de México, y un cura español, quien ha logrado llevar a la práctica una utopía social en un pueblo, cuya ubicación no nos es dada. Como el título sugiere, el momento en que estos dos personajes, de antagónicos quehaceres, pero de ideales idénticos, se encuentran es la víspera de la Navidad.

Esta novela podemos decir que es atrevida, puesto que en la época que se publica, existe una aversión en nuestra nación a todo lo español, como si todo lo que proviene de España sea dañino para México. De hecho el juicio del capitán al ver al cura español “creyó que era uno más de esos sacerdotes que buscan el bienestar propio y
no el de los demás”. Como en esa época y hoy día muchos confunden nuestra identidad mexicana, promoviendo un indigenismo exacerbado y rechazando todo lo que viene de España. Esta actitud es irrazonable, pues México no
es una nación indígena ni mucho menos española, sino que somos una nación mestiza, de la fusión de dos culturas distintas, pero que dieron nacimiento a nuestro país y nuestra raza. El lenguaje de laobra va de lo lírico a los diálogos directos, enmarcados en la figura de un narrador en tercera persona. La Navidad en las montañas supone un modelo de la novelística de su tiempo, no tanto por su trasfondo ideológico como por su calidad de obra artística.

Lo más atractivo de la obra es su lenguaje sencillo, fácil de comprender, con una narrativa exquisita sobre sus personajes y los paisajes. Esta novela en lo personal me causa una nostalgia sobre mis navidades plenas, donde descubrí que lo importante no son los regalos, sino el simbolismo de lo que es la Navidad, como el brillo de las
luces, del nacimiento hecho con tanta dedicación, participar en las auténticas posadas que representan las imágenes emotivas de José y María, buscando un lugar donde pasar la noche en Belén.

Como afirma un crítico sobre la obra: “La Navidad en las montañas transmite cierta nostalgia por el lugar donde se desarrolla, un pueblo perdido donde hace falta bien poco para ser feliz, donde la hermandad entre los habitantes es tan sólida como una roca, donde también se disfruta de una religión católica libre de vicios, como si Roma y todo lo que significa no existieran”.

En la obra el cura lleva al capitán a su pueblo, a pasar allí la Noche Buena. El cansado militar se queda perplejo al contemplar aquella Navidad en las montañas. El pueblo es un lugar lleno de bondad y solidaridad, no existe
allí ningún fanatismo religioso, ni santería que, con la venia del cura, sustituya disimuladamente a la religión.

Conforme van pasando las horas el capitán, acompañado del cura, va recorriendo el pueblo y el ritual que para aquellos pobres lugareños significa el nacimiento de Jesús. El capitán se conmueve y el lector también ante una Navidad en la que abunda la austeridad así como el amor y la fe. Para el feliz capitán ésta había sido la mejor de las mejores Navidades que haya vivido, no sólo porque había hecho varios amigos, en especial el cura, sino porque había sido testigo de un amor inigualable en aquellas montañas.

Esta obra para mí representa la Navidad que deseo para todos, una Nochebuena donde haya paz y armonía en los hogares sin rencillas, ni odios, donde celebremos el nacimiento del Niño Dios, y pidamos por aquéllos que menos tienen.

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