La característica actividad del Mercado 20 de Noviembre, ubicado en el centro de la ciudad, lució completamente vacío ayer en Viernes Santo.
La explanada donde todos los días realizan las actividades de compra y venta de frutas y verduras lucían semidesierto. Las revendedoras dejaron sus huacales cubiertos con lonas o cartones permanecían en la explanada del zoco.
Se observó algunas palomas en busca de alimento en la explanada. Las tiendas de supermercado abrieron como un día normal.
El fervor de fe es una actividad que aún se nota en la población católica y tiene gran influencia en la actividad económica de los municipios.
Lo que se ha venido perdiendo es que hay aún personas que acuden a sus huertas en Viernes Santo. La plática de los abuelos que se decía que no es bueno ir al monte o a la parcela en este día es algo que en ciertas personas ya no se respeta.
Por tratarse de un día sagrado, ir al monte o a las parcelas pueden cargar un aire o ver al mismo demonio, es algo que a muchos ya no les importa. La mayoría de los veteranos milperos realizan sus actividades un día antes.
Los grandes cambios de la celebración del Viernes Santo han tenido cambios comparado con hace dos décadas en la que la mayoría de los comercios permanecían cerrados.
El ambiente religioso se reflejó incluso en los hogares quienes muchos ven las películas relativos a la crucifixión de Jesucristo.
—Es tiempo de reflexión sobre el sacrificio realizado por Cristo nuestro señor —dijo un feligrés de Oxkutzcab. Los empleados del Ayuntamiento no laboraron, pero los policías y Protección Civil están de guardia para atender cualquier reporte.
Texto y foto: Bernardino Paz Celis
