Los primeros días del resto de nuestra vida

Mario Barghomz
mbarghomz2012@hotmail.com

La Tierra sin duda ha cambiado, nuestro planeta es otro, y no sólo hablo por el comienzo de este nuevo año 2022, sino por todos los cambios generados desde que comenzó el siglo y el nuevo milenio, en estos últimos días del resto de nuestras vidas.

Somos otros sin duda, y siempre seremos otros de acuerdo a la filosofía y la teoría del movimiento perpetuo de la existencia humana. No es posible que la vida esté quieta, ésta siempre estará en movimiento, en un constante cambio y, como diría Nietzsche: en un eterno retorno.

En lo particular he sido protagonista de casi la mitad del siglo pasado, de la última parte del primer milenio de vida del planeta después de Jesucristo. Viví en el entorno de eventos políticos mundiales de gran envergadura, los generados después de la última gran guerra de 1940-45, los acontecimientos de Vietnam que marcaron tanto el aspecto moral de la sociedad norteamericana, la Revolución Comunista Cubana, la Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos, la caída del muro de Berlín, la desintegración de la Unión Soviética, el auge de China y Japón como nuevas potencias mundiales, los acontecimientos estudiantiles de 1968 generados en China, París y México, el nacimiento de la Unión Europea y la creación del “euro”, en México; la “caída del sistema” que le dio el triunfo presidencial a Carlos Salinas de Gortari, los asesinatos de Colosio y Posadas, el fin del “muralismo” y la aparición del “arte moderno” en México (José Luis Cuevas), la invención de la televisión a color, los nuevos modelos de educación “constructivista”, la conquista de la luna, la generación del “Pop” (el “Arte Pop”) y el ascenso y desintegración de The Beatles hasta la última parte, ya en los noventa, con el grunge de Nirvana, así como viví también el nacimiento y auge de la música electrónica; Kitaro, Isao Tomita, Jean Michel Jarret y Vangelis, enormes músicos de vanguardia. Asimismo, la última parte del siglo XX fue también generadora de los nuevos rumbos del jazz, el smooth jazz, el acid jazz y géneros musicales híbridos como el chillout y el lounge que cumplen con la sofisticación y delicadeza de la música ambiental, menos ruidosa y primitiva, y mucho más selecta. Viví también desde los años sesenta  el “Boom” de la Literatura Latinoamericana: Neruda, Borges, Vargas Llosa, García Márquez, Octavio Paz, Juan Rulfo… cuando la literatura era creación de verdaderos intelectuales.

En el último medio siglo del milenio pasado vivimos cambios tan significativos que para muchos fue difícil de asimilar y poder llevar un ritmo de vida acorde a los tiempos nuevos. Muchos valores cambiaron (no se perdieron… ¡Cambiaron!); los educativos, los morales a partir de la “revolución sexual” de los años sesenta, pasamos de la mecánica a la tecnología con el uso de las nuevas herramientas: las PC, el Ipad, los teléfonos celulares, los nuevos modelos económicos a través de las tarjetas de crédito. La revolución digital acabó con los valores mecánicos. El mismo Einstein refutó las hasta entonces inamovibles leyes de Newton (el Universo no es estático, se expande). No todo cabe dentro de las leyes físicas tradicionales generadas desde Aristóteles,  el micro Universo le pertenece a la Física Cuántica. Y el Planeta (nuestro planeta) se sigue moviendo y la vida sigue cambiando; ¡fluye! Como decía Heráclito.

Los primeros días de este año me hacen recordar y hacer este balance, esta semblanza retrospectiva que a mí en lo particular me permite centrarme en mi presente, en lo que la vida es ahora, en el sentido que tuvo en el pasado y su nuevo significado hacia el futuro.

Y sin duda la nueva ruta de nuestro destino social y humano ha sido determinada por la Pandemia del 2020, que de pronto surgió para hacernos cambiar de hábitos y buscar mediante nuestra conducta una mejor ética de vida.

¡Todos somos otros después de la Pandemia! Nos hemos dado cuenta del riesgo que conlleva no estar atento a protegerse. Aunque siempre habrá renegados que bajo el riesgo de su fanatismo ideológico (aún sobre la evidencia de la muerte misma), escupan sobre el bienestar general del prójimo.

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