Marc Anthony, el hijo pródigo de Puerto Rico, puso a bailar a un Coliseo Yucatán repleto al máximo y embarcó a sus fans yucatecos en un viaje a través de sus grandes éxitos, desde sus himnos de la salsa hasta las baladas que dieron el toque perfecto a una noche inolvidable.
En punto de las 9 de la noche, la orquesta comenzó a tocar los acordes inconfundibles de “El Cantante”, un homenaje de apertura al legendario Héctor Lavoe.Enseguida, Marc Anthony hizo su aparición en medio del escenario al ritmo de “Valió la pena”, en medio de la ovación de los presentes. Posteriormente, el astro neoyorkino de origen puertorriqueño siguió con la descarga de salsa y romanticismo con “Y hubo alguien”. Con “Hasta ayer”, puso a cantar por primera vez en la noche a todo el Coliseo.
“Muchas gracias, buenas noches. Es un placer tener la oportunidad de estar con ustedes esta noche. Vamos a tocar un poco de todo. Espero que lo disfruten”, saludó el boricua a la multitud.
Siguieron “Flor pálida” y “Contra la corriente” para poner a bailar a todos. El momento nostálgico llegó con un popurrí de éxitos donde figuraron “Abrázame muy fuerte”, “Ahora quién” e “Y cómo es él”.
Al término, regresaron los ritmos tropicales por el resto de la noche. “Vivir lo nuestro”, “Hasta que te conocí”, “Qué precio tiene el cielo”, “Te conozco bien” y “Mi gente” sonaron con un Marc Anthony entregado por completo en baile y voz.
Tras una pausa, el boricua regresó para despedirse con “Tu amor me hace bien” y la emocionante “Vivir mi vida”, que se coreó a todo pulmón y con la que Marc Anthony levantó la mano y dijo adiós, en un concierto que los salseros de corazón recordarán siempre.
Texto: Martín Arias
Fotos: Juliana Sepúlveda/ Cortesía
