Necesitamos más puentes, no muros

Necesitamos más puentes, no muros, expresó Ratimir Martinovic, pianista montenegrino que se presenta hoy  y el domingo 5 en el Teatro José Peón Contreras.

Entrevistado por Punto Medio, el maestro habló de la situación política mundial, desde su perspectiva como europeo, pues los Balcanes fue una región que durante el Siglo XX estuvo marcada por las guerras.

Al decirle que Montegro celebró el año pasado su décimo aniversario por su  independencia, el músico precisó que el término está mal empleado, pues el estado existe desde el Imperio Romano y, por su situación geográfica representa un puente entre la Europa Occidental y Oriental, la del Norte y la del Sur.

El 25 de mayo de 2006, la población celebró un referéndum en el que el 55 por ciento de los votantes apoyó la independencia de Montenegro, así como la constitución de un nuevo estado, que se proclamó el 3 de junio de ese mismo año. “Lo hicimos por la vía pacífica, utilizamos una pluma, sin derramar sangre para lograrlo”, abundó.

No crean todo lo que lean, dijo a los medios. Al cuestionarle sobre la cultura montenegrina, comentó que  la nación al ser una ventana para las diferentes regiones de Europa es considerada una cuna de buenos músicos.

“Todo logro requiere de sacrificios”, expresó el carismático caballero, quien recordó que los primeros acordes que tocó fueron a los 6 años de edad.

Por amor a una niña ingresó a la escuela de música, si bien la fémina se salió del plantel, al pianista no le quedó otro camino que continuar con sus estudios, a pesar de la oposición de su padre Pablo.

“Él quería que me dedicara al waterpolo, pues es el deporte nacional. De hecho hemos ganado campeonatos mundiales”, dijo.

Sobre la historia de Montenegro y la desintegración de la Yugoslavia, de Josip Broz Tito, Martinovic escribió: Vasilije Mokrahjac, un compositor de la región, que a pesar de ser desconocido en su música expresó todo el dolor y drama que se vivió durante los conflictos del Siglo XX.

“Se suicidó a los 60 años de edad. Conocí a ese compositor el año pasado, desde entonces interpretó su música, porque está hecha  a piano y para orquesta”, comentó.

Música, puente espiritual

Tras  conocer el contexto histórico en el que creció, el pianista opinó sobre la política mundial. “Necesitamos más puentes, no muros. La música es un puente espiritual. Los estadounidenses deberían escuchar con mayor frecuencia la Novena Sinfonía de Beethoven”.

Aseguró que la música no solucionará los problemas del mundo, pero sí puede mejorar algunas situaciones. “Las música nos debe unir, como los puentes. Beethoven es universal, porque conecta con la gente de China, Corea (del Sur), Islandia, Japón, México…”

“El mundo estaría mucho mejor, sí los líderes fueran músicos”, abundó.

Si bien su currículum dice que ya visitó varios países de los cinco continentes, aceptó que no cuenta las naciones en las que ya estuvo. “Para qué poner las fronteras en este pequeño mundo”, expresó.

Su físico y su estatura sorprendió. Entre bromas se le dijo a Martinovic que los montenegrinos suelen ser muy altos y de manos grandes.

“Sí (río). Somos muy altos, sobre las manos grandes, en mi país hay un dicho que dice que las personas con dedos grandes sirven para ladrones. No creo que tener las manos grandes sea necesario para ser pianistas”, comentó.

Experiencia en vivo

En rueda de prensa el entrevistado se presentó con otras dos frases: “No es difícil llegar a hacer algo, lo complicado es mantenerse.

“No, mi carrera no ha despegado. Hay que acudir al concierto para tener la experiencia en vivo”, expresó el pianista cuando un cronista le preguntó cómo lanzó carrera, situación que negó.

 

Irbin Flores Palomino 

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