La reubicación del Aeropuerto Internacional de Mérida es una idea que ha sido empujada una y otra vez a lo largo de este siglo XXI. Las posibilidades de disponer de un terreno de 600 hectáreas que ya no dividirá a la ciudad, como actualmente ocurre, y de desarrollar en ese espacio un proyecto de alto nivel tipo “Central Park”, pero con edificios (como reveló en Cancún el titular del Fonatur, Rogelio Jiménez Pons), hace muy apetecible esta opción para los inversionistas, quienes también buscarán obtener ganancias con la venta de los terrenos en los que se podría asentar la nueva terminal aérea, tanto así que resultó que quien comenzó a calentar la estufa para cocinar el proyecto fue José Antonio Loret de Mola, presidente de la Coparmex, quien tiene unos terrenos en la zona de Tebec, en el municipio de Umán.
“Como cualquier empresario yucateco, tengo legítimo derecho a invertir en el Estado”, manifestó el también concesionario del aeropuerto de Kaua, quien, por congruencia personal e institucional, en días pasados hizo público que posee terrenos en una de las zonas donde se podría edificar la nueva terminal aérea, por lo que inclusive los propuso para ser utilizados para este proyecto de reubicación del aeropuerto internacional de la ciudad, que por ahora, aclaró, no es más que un concepto, una idea supeditada a un proyecto, el Tren Maya, que todavía no está definido. “Mis empresas están involucradas en los temas inmobiliarios y aeroportuarios. Esperemos tener piso parejo para poder hacer una propuesta de desarrollo del proyecto”, subrayó hace unos días.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Agentes Aduanales de Yucatán, Carlos Hiram Cervera Domani, en entrevista para Punto Medio, fue claro en que estarán en el lugar en el que se construya una nueva terminal aérea, pero recalcó que en estos momentos el Aeropuerto Internacional de Mérida no tiene problemas de saturación, ni afecta a la población, por lo que sugiere que el dinero que se piensa ejercer en la construcción de uno nuevo, se destine a cuestiones que sí se requieren, como ampliar el canal de navegación de la Terminal Remota de Progreso.
“De momento no nos han presentado proyecto alguno, por lo que ignoramos en dónde podría edificarse”, indicó el dirigente, quien explicó que dependiendo del tipo de carga que se mueva en el tren podrían hacerse adecuaciones para que lleguen a la terminal aérea, inclusive con la construcción de un ramal que, en todo caso, saldría más barato que construir un nuevo aeropuerto.
De la misma manera, señaló que si se quiere tener conectividad para los turistas que lleguen a Mérida por vía aérea para abordar el tren, podría funcionar muy bien el servicio de transportación conocido como “Shuttle Bus”, como el que se emplea para bajar a los turistas de los cruceros en Progreso.
“Un aeropuerto es útil por el área que sirve, y en este caso hablamos de rangos de hasta 320 kilómetros como los que los yucatecos recorremos para abordar un avión con destino internacional en Cancún”, explicó.
Por su parte, el arquitecto Antonio Peniche Gallareta habló de las características urbanísticas que se deben tomar en cuenta al momento de hacer el diseño de la nueva terminal aérea, tales como la zona de amortiguamiento para proteger a los ciudadanos, la infraestructura de acceso, el transporte público masivo, y la adecuada conexión carretera con el tren maya, entre otros.
“La orientación de las pistas y las restricciones federales, que corresponderá a atender a los especialistas en materia de aeronáutica, ámbito para el que no estoy capacitado, deben tener en cuenta si se incluye la base aérea militar, como ocurre en la actualidad en el Aeropuerto Internacional de Mérida, que todavía no tiene tanta saturación”, dijo.
Ambos entrevistados comentaron al reportero de la existencia hace unos años del Proyecto Metrópolisur, que en 2005, de acuerdo al entonces gobernador Patricio Patrón Laviada, tenía la intención de llevar desarrollo y oportunidades a miles de familias del sur de esta capital, lo que implicaba trasladar el aeropuerto a terrenos ubicados entre Hunucmá y la comisaría de Oxcum. De este proyecto sí hubo análisis, pero no se le dio el impulso suficiente por parte del Gobierno Federal, ni por parte de la mayoría de los diputados locales, que en su momento no le autorizaron a Patricio Patrón hacer el empréstito de mil 48 millones de pesos que se requería.
Texto y fotos: Manuel Pool / Agencias
