Obispo campechano advierte sobre lo que pasa en el mundo actualmente

El obispo José Francisco González González se levantó de su silla colocada en el patio de la Santa Iglesia catedral donde recibía a los fieles en confesión, todavía quedaban unos veinte formados pero las campanadas de la torre indicaron que ya era hora de la misa de doce así que se levantó y dejó encargado a otro padre de la tarea de confesar a sus descarriadas obejas, caminó a paso apurado hasta la puerta donde ya lo esperaba su cortejo y se vistió apuradamente en la misma puerta de Catedral, se calzó la Mitra y tomó el báculo firmemente.

Así, el prelado caminó hacia el altar donde inició de manera solemne la santa misa en que señaló que “los medios de comunicación actuales nos ofrecen imágenes de todo el mundo y en el momento en que suceden los acontecimientos, tenemos la sensación de que el fin está ya cerca y nos da miedo”, dice Jesús que ciertamente van a suceder muchas cosas, cosas malas: guerras, insurrecciones, terremotos, hambrunas y plagas, agregó.

“El Evangelio nos habla de la última venida del Hijo del hombre, donde además, se acerca el final del año litúrgico y la Iglesia nos presenta la parusía, es decir, la segunda venida de Cristo y al mismo tiempo quiere que pensemos en nuestras postrimerías: muerte, juicio, infierno o cielo, al infierno no va nadie por la fuerza; ni al cielo, tampoco, Dios es justo y da a cada uno lo que se ha ganado, ni más ni menos, no castiga ni premia arbitrariamente, movido por simpatías o antipatías, respeta nuestra libertad; sin embargo, hay que tener presente que al salir de este mundo la libertad ya no podrá escoger”, afirmó el jerarca católico.

Jesús en el evangelio, ante la maravilla del templo de Jerusalén, tras anunciarles a los apóstoles que de aquel edificio no quedará piedra sobre piedra, pasa a hablarles de otros acontecimientos futuros: la destrucción de la ciudad, guerras, epidemias, hambres, aludiendo también al fin del mundo, morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección, por eso, advierte el Obispo campechano, lo que no quieras que aparezca públicamente, ahora te es posible eliminarlo con una confesión bien hecha, no puedes improvisar un acto tan solemne y comprometedor.

Texto y foto: Agencia

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