Peligra el ejido yucateco, advierten

Comisarios ejidales de todo el estado se aprovechan de la ignorancia de los campesinos para arrebatarles sus tierras y venderlas al mejor postor, al grado de que al año se pierden más mil hectáreas de ejido que pasan a manos de particulares, así lo señaló el líder de la Asociación de Abogados Agraristas de Yucatán, Pedro Vera Cardeña.

En entrevista para Punto Medio, el abogado manifestó que al año reciben más de 200 denuncias de campesinos de 50 municipios que perdieron sus parcelas, la mayoría de ellos a manos de comisarios que hacen tratos ya sea con particulares o empresas, que compran el terreno a un precio apenas al 20 por ciento del valor real.

“La mayoría de los casos que nos llegan a la oficina, son de hijos de ejidatarios que acusan al comisario de vender su parcela una vez que el titular murió, aprovechando el desconocimiento del campesino que no pone en orden los  papeles de su terreno. Estamos hablando de que en esas denuncias hablamos de un promedio de más de mil hectáreas”.

Vera Cardeña explicó que una vez que los titulares de los terrenos fallecen, estos deben pasar a su familia, pero los comisarios aprovechan para a la primera oportunidad u oferta, convocar a asamblea, para comercializar las las parcelas.

“La ilegalidad la hace el comisario, convocando asambleas pero sin avisar a todos los ejidatarios para que no se reúna el quórum, ya que según la ley, la siguiente asamblea pueda llevarse a cabo con la cantidad de gente que asista; allá le dice a su gente que asista y concreta la venta.  Por desgracia todo el tema ya está muy sucio, casi todos los comisarios ven los ejidos como su mina de oro”.

Del mismo modo mencionó que hay terrenos que se venden a precio de risa, ya que aunque su valor comercial es de 500 mil, hasta el millón de pesos, en realidad los venden de 80 a 150 mil pesos, ni el 20 por ciento de lo que realmente valen.

El abogado mencionó que por desgracia, esta práctica está acabando con el ejido del estado, ya que hay zonas, principalmente en las comisarías de Mérida, en donde este tipo de tierra ya desapareció, al menos en la práctica, ya que ante el crecimiento de la ciudad, la demanda de tierras para vivienda hace que muchos empresarios compren las tierras ejidales para construir casas.

Roberto Ojeda

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