Habitantes de Río Lagartos denunciaron que, de un tiempo a la fecha, notan la presencia de “fuereños” que intentan reclutar a pescadores y cooperativistas para sumarlos a la captura ilegal de pepino de mar.
Prestadores de servicios turísticos temen que, al igual que ocurrió en Dzilam de Bravo, la violencia generada por la actividad de la mafia pepinera aleje a los turistas.
“Desde hace cinco años ha aumentado la violencia en toda la costa, que incluye no sólo a Río Lagartos, sino también a Las Coloradas y El Cuyo, que está a 50 kilómetros de Colonia Yucatán y donde la vigilancia policíaca es nula”, explicó el propietario de uno de los cinco restaurantes que funcionan en la primera localidad mencionada.
Indicó que otro de los aspectos que influyen para que el clima de violencia y el sentimiento de inseguridad esté a la orden del día es la cercanía de Quintana Roo, estado que es considerado como un paraíso para la delincuencia organizada.
“Hay personas que operan como intermediarios de los chinos para dar dinero a quien se interese en sumarse al negocio del pepino; se trata de gente sin cultura ni educación, acostumbrada a la violencia”, dijo uno de los habitantes del puerto, quien igualmente pidió mantener su identidad en secreto, pues dice que podría correr serio peligro.
Según comentó esta persona, en la zona es frecuente la presencia de grupos que, a manera de comandos, vienen desde el mar, encapuchados y fuertemente armados, para ingresar a congeladoras y llevarse el pepino procesado, con el que huyen por el mismo lugar por donde vinieron.
Texto: Manuel Pool
Foto: Cortesía
Infografía: Agencias
