Ni amigo del alma ni compañero fraternal. Y no es que nos cayéramos mal, al menos según yo. Sencillamente nunca hicimos clic más allá del salón 51 del CUM, donde compartimos la esquina izquierda, las revolcadas del maestro Edgardo en Matemáticas y un primer lugar en el concurso de villancicos.
Por supuesto, el resto de los 40 y tantos sujetos que estuvieron en ese mismo espacio podrán decir cosas semejantes. En resumen, le ahorro el suspenso: no llegan a continuación hechos trascendentes que ayuden a entender la personalidad del actual Gobernador del Estado ni mucho menos que expliquen la formación de esta figura política.
Por el contrario, recuerdo bien cosas simplonas y hasta obvias, si me lo permite, como, por ejemplo, su obsesión por el futbol y que era común que llegara sudado, como muchos otros, tras los dos descansos en los cuales se jugaban cascaritas en las canchas de bas-quetbol con porterías pequeñas.
En ese sentido, éramos el agua y el aceite, puesto que yo ya me gastaba esos veinte y quince minutos respectivos, aprendiendo a fumar o tumbado en el fondo de la biblioteca porque ya empezaba a descubrir el tortuoso placer de leer a Octavio Paz.
De hecho, recuerdo que en aquel entonces tenía la fantasía loca de vender poemas, alucinado como estaba con el personaje de “Alberto” en “La ciudad y los perros” de Mario Vargas Llosa, aunque este último vendía novelitas pornográficas. Sucede que yo era más cursi.
Para no hacer largo el cuento, le enjorqueté un poema para su novia de aquel entonces. La idea, por supuesto, era mentirle a la chica, decirle que quien leía el poema, era el autor original y no quien esto escribe, puesto que para ello se había pagado tal servicio.
“Pero le voy a decir que es tuyo. No voy a mentirle”. Me desarmó su sinceridad y opté por no cobrarle.
Nunca supe en qué acabó el asunto. El lunes siguiente nos cambiaron de lugar y ya nos dejamos de seguir la pista. Yo, entre mis libros. Él, supongo, metido en el futbol.
Ambos a otra cosa.
Próxima semana: Estrés en la cola del Subway (segunda parte).