Paradójicamente a doña Emy Lucy Carrillo Solís no le gustaba cocinar; sin embargo, ahora se dice apasionada de estar al frente de su pequeño negocio “Tortas Lupis”, atendiendo al público que desde temprana hora se deleita con las hamburguesas, los tacos y tortas de carne asada y las especiales de pierna que, con huevo, jamón, queso, chorizo y tocino, son su especialidad.
-Le agarré cariño a este trabajo que gracias a Dios es la fuente principal de mis ingresos. Comenzamos por idea de mi esposo, ahora lo atiendo sola y en verdad disfruto lo que hago–dijo la entrevistada.
La cuestión es que, a pesar de la fuerte competencia con pequeños puestos de comida, que abrieron sus puertas motivados por estar enfrente del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, doña Emy considera que no ha sufrido afectación alguna en cuanto a sus ventas, ya que es conocida ampliamente por su sazón, y aunque el establecimiento debe cerrar a las dos y media o tres de la tarde, por lo general al mediodía el producto se termina.
-La gente que no es de aquí, cuando tiene que venir por el rumbo, se acuerda de nosotros y nos visita. Pero también tenemos como clientela a trabajadores de la AFY y unos pocos ya del Museo, porque ya no los dejan salir–comentó la entrevistada, quien refirió que el nombre de Tortas Lupis, es porque la casa en la que funciona el negocio es de su mamá doña Lupita, que es la especialista en la preparación de los jugos y licuados.
Por cierto, doña Lupita no estuvo presente durante la entrevista, ya que, ayer 10 de mayo, se dejó consentir por sus nietos, que esperaban que temprano terminara la venta de su mamá doña Emy para comenzar el merecido festejo.
-Todo lo que vendemos es casero, como la pierna y la carne de las hamburguesas, aquí lo preparamos desde muy temprano, desde las ocho ya estamos listas para atender a los comensales, que en su mayoría pide para llevar; sin embargo, hay quienes se quedan a comer, a ellos les agradezco su paciencia porque a veces como estoy sola, se me complica sacar rápido el trabajo, pero ellos lo entienden y amablemente esperan– comentó.
En amena plática con Punto Medio, la entrevistada platicó la manera en la que creció en esta popular colonia de trabajadores de la industria cordelera, y cómo ha quedado enclavada en una zona de alta plusvalía debido a las plazas comerciales y desarrollos habitacionales que aparecieron en los últimos años.
-Cuando comenzamos hace siete años no existía el museo, estaba el módulo de licencias y placas de la SSP. Me ha tocado ver cómo se ha desarrollado esta zona. Mi papá trabajaba en Cordemex, y esta fue de las primeras casas que se entregaron. Para llegar a casa segura subía el puente de metal que estaba donde hoy se encuentra Costco. Aquí estudié desde preescolar, y todavía tengo en la mente el sonido de los trenes que iban a Progreso, eran como un despertador porque pasaban a las siete de la mañana y luego al mediodía y en la noche, aquí están todos mis recuerdos, amo Cordemex– puntualizó.
Texto y fotos: Manuel Pool Moguel
