Trump suspende reunión con Putin

El presidente Poroshenko pide a la OTAN que envíe buques a Crimea ante la escalada de la tensión con el Kremlin

La tensión entre Ucrania y Rusia va en escalada. Y el peligroso incidente del domingo en el mar de Azov, cuando guardacostas rusos tirotearon, abordaron y apresaron una flotilla de ucrania, supone un punto de inflexión para un largo conflicto que llevaba meses burbujeando. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, canceló un encuentro con su homólogo ruso, Vladímir Putin, al margen de la cumbre del G20 en Buenos Aires debido a la crisis. El presidente ucranio, Petró Poroshenko, pidió a la OTAN (una alianza de la que el país no es miembro) que despliegue barcos en el mar de Azov mientras la canciller alemana, Angela Merkel, ha rechazado cualquier solución militar.

Donald Trump anunció ayer que cancelaba la reunión que tenía prevista con el presidente ruso esta semana en el marco de la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Dos días antes había advertido ya de que podría suspender la cita en función de lo que el informe de su Consejo de Seguridad Nacional concluyera respecto al incidente naval. “Basándonos en el hecho de que las embarcaciones y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que será mejor para todas las partes implicadas que cancele mi reunión prevista en Argentina con Vladímir Putin. ¡Tengo ganas de una nueva cumbre significativa tan pronto como esta situación se aclare!”, escribió en su cuenta de Twitter mientras volaba al G-20.

La crisis entre Rusia y Ucrania ha llevado al presidente estadounidense a marcar distancias con un líder con el que mantiene una chocante sintonía y sobre el que se suele expresar con halagos, pese a los frentes abiertos entre ambos países. El de Buenos Aires iba a ser el segundo encuentro bilateral, después del celebrado el pasado julio en Helsinki, cuando desató un torrente de críticas en EU al equiparar la credibilidad de Putin a la de los servicios de inteligencia estadounidenses en el caso de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.

La química entre Trump y Putin se encuentra bajo sospecha, ya que la interferencia del Kremlin, según EEUU, buscaba favorecer la victoria de Trump y se está investigando si Moscú se había aliado con el equipo electoral del entonces candidato. Michael Cohen, que fue durante años abogado personal de Trump, se declaró ayer culpable de mentir sobre un proyecto del magnate en Rusia. Horas después, Trump canceló la cumbre.

“Alemania es uno de nuestros aliados más estrechos y esperamos que dentro de la OTAN haya ahora Estados dispuestos a enviar buques militares al mar de Azov para apoyar a Ucrania y garantizar la seguridad”, pidió por su parte el presidente Poroshenko en una entrevista con el diario alemán Bild, difundida también en la web de la presidencia ucrania, aprovechando que ayer se celebró en Berlín un foro sobre Ucrania. Poroshenko también reclamó sanciones adicionales para Moscú. Además, Kiev afirmó que pedirá a la comunidad internacional que cierre el estrecho del Bósforo. “Intentaremos pedir el cierre del Bósforo en Turquía para que los rusos sepan cómo se violan las normas del derecho internacional”, dijo ayer en una conferencia Ígor Voronchenko, comandante de la Armada ucrania.

Angela Merkel respondió al presidente Poroshenko y le pidió que se “mantenga la prudencia” y aseguró que solo era posible “resolver las cosas siendo razonables, dialogando los unos con los otros”. Prometió tratar del tema con el presidente ruso, Vladímir Putin, durante la cumbre del G20 que se inicia hoy en Buenos Aires.

El presidente ucranio considera el choque naval del pasado domingo un pretexto para un ataque militar más amplio de las fuerzas rusas. Por eso ha impuesto la ley marcial en diez regiones del país: las fronterizas con Rusia o con zonas bajo la influencia de Moscú. Kiev considera que el incidente es gravísimo, no un capítulo más en la disputa que ambos países tienen en el mar de Azov después de que Rusia se anexionase la península de Crimea en 2014 y construyese un puente entre ambos territorios que limita el acceso a la vía marítima que ambos países comparten.

Sergiy Kyslytsya, viceministro de Exteriores ucranio, sostiene que lo ocurrido en el mar de Azov no es en absoluto accidental: “Para Rusia fue un ensayo, una manera de probar donde están los límites, de testar lo que pueden y no pueden hacer”. Un ensayo realizado justo antes de la cumbre del G-20, en la que el presidente ruso, Vladímir Putin, coincidirá con los principales líderes mundiales y tiene previsto reunirse con el mandatario estadounidense, Donald Trump. “Por eso, lo ocurrido aquí no es un caso aislado, no es solo un problema ucranio, sino que afecta a todo el mundo”, recalcó en su despacho del ministerio en Kiev.

Texto y foto: Agencias

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