Un festín gastronómico con sabor muy mexicano

Llegó a pasear a Oxkutzcab y la tranquilidad del lugar y lo noble de su gente le hicieron tomar una decisión que hizo dar un giro de 180 grados a su vida. Eduardo Zambrano Ponce decidió ya no regresar al entonces Distrito Federal (ahora Ciudad de México) y trajo a su familia para iniciar en el “Huerto del estado” un negocio en el que comenzó ofreciendo sus tortas de milanesa y de pierna, que, aunque gustaron, no fue de la manera en la que esperaba, hasta que después del 2001, los paisanos que regresaron de Estados Unidos le pedían insistentemente “Nachos” y “Burritos”.

“No sabía que eran los burritos que según me dijeron les pusieron ese nombre al platillo que es originario de Tijuana, porque carga con todo lo que le pongas, y fue a partir de ese momento en el que comenzó el despegue del negocio”, dijo el entrevistado, quien destaca que para lograr esto han sido muy importantes aspectos como la iluminación y la presentación del local, que en este caso pareciera que se inspiró el algún restaurante de los Estados Unidos.

“Nada que ver”, dijo don Eduardo, quien comentó que siempre ha tratado de que las personas que laboran en “Las Clásicas”, lo hagan con pulcritud, en este caso con su indumentaria de Chef e inclusive con guantes, lo que da una buena impresión que va muy acorde con el sabor de la comida que se expende en el lugar en el que se destacan las hamburguesas y las tortas cubanas, además de las tortas de carne asada con queso, a las que se acompaña con su buena dotación de guacamole y su salsa de pico de gallo en el que no falta el chile serrano, además de su frijol refrito.

“Cuando llegamos, no había restaurantes con este concepto, pues prácticamente todos vendían panuchos, salbutes y tortas de carne frita en pan francés y a las que le ponían repollo y la salsa de tomate, como la que le ponen a los tamalitos, entonces cuando comenzamos a preparar las de nosotros tipo baguette con aguacate e inclusive con el pan al que le damos su “brochazo” de mantequilla, pues comenzamos a distinguirnos y acá estamos”, agregó don Eduardo, quien actualmente da trabajo a una decena de personas que lo ayudan en la plancha y en la atención a las mesas, incluyendo a su esposa e hijas, que son parte indispensable en este restaurante que se ubica frente al mercado de frutas de Oxkutzcab.

En este expendio que luce en su interior un colorido mural en el que se plasma un paisaje del Estado de México, se ofrecen también tortas de choriqueso, tortas cubanas, hawaianas y con queso, sin faltar los clásicos sopes, que han conquistado el paladar de propios y extraños, que disfrutan de algo diferente y muy sabroso.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel

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