María Teresa Peña encontró en las artes plásticas la mejor medicina y celebra sus 80 años de una manera muy especial: presentando su primera exposición con óleos y esculturas.
El cáncer de cuerdas vocales estuvo a punto de vencerla y cuando la desesperación, el enojo y la ira la hicieron hasta renegar de Dios, encontró en el arte una forma de superar el dolor y la depresión.
María Teresa Peña Urquidi cumple 80 años, y lo celebra de una manera muy especial, presentando su primera exposición con oleos y 13 esculturas realizadas en papel mache y resina, en las que plasmó cada una de las etapas vividas a lo largo de la enfermedad, así como el agradecimiento a Dios por permitirle disfrutar de un día más de vida.
La promotora cultural Rosa María Espínola, dijo a Punto Medio que esta muestra constituye un gran ejemplo de vida, en especial para aquellos que se dejan vencer por cosas sin importancia y que pueden ver cómo esta mujer encontró en el arte una forma de olvidarse de sus dolores físicos y recuperar poco a poco su salud, al grado que el cáncer, es ya cosa del pasado.
-Estoy encantada porque voy a poder no sólo exhibir mis obras, sino dejar un gran mensaje a las personas que quiero que así como a mí me sucedió, levanten el ánimo y empiecen a pensar que el arte es una solución, que sí cura el alma, ese es el mensaje y la emoción más grande que puedo comunicar a los demás -dijo emocionada la artista.
–Tuve un cáncer muy agresivo, que me dejó hecha un guiñapo, estaba totalmente decaída, triste, sin ganas de vivir, y fue entonces que la psicóloga me pidió que como terapia intentara que dibuje y haga una figura que exprese cómo me sentía en esos momentos. Agarré un poco de papel, pegamento, alambre y forme mi primera figura a la que nombre “La parte triste del alma” –recordó.
Teresita revela que esta actividad la hizo entretenerse y ausentarse del dolor tan fuerte que sentía por las radiaciones que recibía. –El dolor del cáncer era horrible, pero el dolor del alma era peor.
En esos días, sentía mucho miedo, me preguntaba ¿qué va a ser de mí? ¿quedaré bien? ¿regresará el cáncer?, desde entonces considero que el miedo es el peor enemigo del alma, y ese fue el tema de la segunda figura que hice –indicó.
Las siguientes esculturas reflejan la tranquilidad que paulatinamente adquiría en su estado de ánimo hasta expresar la alegría y el deseo de vivir, además de que para agradecer el amor de su familia, y su presencia para apoyarla durante su enfermedad, la representó en una tercia de esculturas llamadas “3 Generaciones”, en las que aparecen en una posición de hacer oración.
En la muestra se podrán disfrutar de los óleos que elaboró en tiempos anteriores a su enfermedad, que comenzó hace 15 años y otras que hoy completan una colorida colección de 9 cuadros en los que representa la alegría de vivir y seguir viva.
–Cuando yo trabajo en la pintura o la escultura, me olvido de quien soy, en donde estoy, me concentro y si no termino al día siguiente me despierto con muchas ganas de trabajar, amo lo que hago –finalizó.
Con la presencia de amigos, familiares y representantes de agrupaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer, la muestra tuvo lugar en la Galería Reynaldo Bolio “Paccelli”, ubicada al interior del campus Mérida de la Universidad José Martí de Latinoamérica, ubicada en el número 26 de la Avenida del Líbano, entre 1C y 1D la colonia México Norte.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Juliana Sepúlveda
