SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

EN DEFENSA PROPIA se podría decir que actuó el Ayuntamiento de Mérida al decidir el cierre del llamado Centro Comercial Popular Municipal, que está en la calle 61 entre 54 y 56 del Centro Histórico. Según los reportes de las autoridades, en lo que va del actual ayuntamiento se habían gastado unos 2 millones de pesos tan sólo en la renta y la electricidad, pues se pagaban $100 mil por el primer concepto y $80 mil por el segundo, en un verdadero derroche dañino desde luego para las arcas municipales. Como todos saben, el proyecto de instalar ahí a comerciantes que antes estaban en las aceras era desde hace tiempo un sonado fracaso, uno más, atribuible a Renán Barrera Concha, que echó a andar el plan cuando era alcalde de esta capital, pues los 78 locales con que se empezó a trabajar recibían clientes a cuentagotas, lo cual obligó a muchos comerciantes a regresar a la calle a tratar de vender sus productos. Los locales eran pues bodegas de lujo por las cuales el ayuntamiento tenía que desembolsar $25 mil al mes por cada uno, monto que arroja dividir $200 mil entre los 8 únicos locales que estaban activos a últimas fechas.

FUENTES MUY cercanas a la comuna que ahora encabeza Mauricio Vila Dosal dieron detalles acerca de los costos y problemas que generaba el famoso Centro Comercial, que en su arranque en la anterior administración requirió una inversión de 5 millones de pesos. Resulta que no tuvo que pasar mucho tiempo para comprobar que el plan de Renán con ese edificio era un fracaso. Como ya apuntamos, de los 78 locales con que empezaron las operaciones sólo ocho quedaban activos a últimas fechas, pues los demás locatarios ya habían aceptado su reubicación al mercado San Benito, para el cual vuelven a mencionarse planes que permitan reactivarlo y atraer a más compradores. Según los reportes extraoficiales, “Los 8 resistentes” que ayer realizaron una manifestación acompañados por algunos simpatizantes no sólo querían que el ayuntamiento siguiera pagando la gravosa renta y demás gastos, para que ellos siguieran usando sus bodegas, sino que también exigían que les asignaran espacios en las calles para poner puestecitos de venta, con lo que volverían a contribuir al agravamiento del viejo problema que se ha tratado de resolver, que es el de las calles céntricas con aceras prácticamente bloqueadas con cajones, huacales, mesitas y vendedores. Para decirlo en pocas palabras, el Centro Comercial Popular era evidentemente inviable, pese a las promesas que en su tiempo hizo Barrera Concha, quien a pesar de todo insiste en que lo tomen en cuenta para la candidatura del PAN a la gubernatura del estado en 2018.

EL CIERRE DEL citado edificio comercial no viene a aclarar todas las dudas que han surgido alrededor de este caso. Aparte de las severas críticas de los regidores priistas contra Vila Dosal (con el evidente fin de cortarle las alas y evitar que sea candidato a la gubernatura), el asunto ha hecho que revivan las censuras contra el multicitado Barrera Concha y los desaciertos que se apuntó a lo largo de tres años. Fuentes que han seguido el caso señalan que el motivo de que durante la gestión de Barrera no hubiera manifestaciones o quejas de los locatarios del Centro Comercial Popular fue que los dirigentes de los grupos involucrados eran “bien atendidos financieramente” por ciertas dependencias municipales, y al perder ese apoyo trataron de apropiarse del edificio, sin tomar en cuenta que éste es de propiedad privada, no del municipio.

EL PLEITO TIENE también raíces muy profundas en el hecho de que a lo largo de los años los comerciantes que reciben locales en los mercados municipales creen con firmeza que esos espacios pasan a ser sus propiedades particulares, cuando en realidad lo que tienen es una concesión por un cierto número de años y nada más. El puesto no es suyo y no deberían poderlo vender o rentar, como de hecho hacen, porque es un espacio perteneciente a la administración pública municipal. Oscuros arreglos políticos permitieron la perversión en la propiedad de esos locales. El tema da para más, pero ya le seguiremos otro día; sólo le adelantamos que también está en el tintero el asunto del parque de deportes extremos que Renán Barrera inauguró en los últimos días de su gobierno.

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