Entre los principales síntomas del colon irritable se encuentran las molestias abdominales y la alteración del ritmo intestinal en forma de diarrea o estreñimiento. El síntoma cardinal de este proceso es que la deposición se acompaña de dolor abdominal. Se puede presentar dolor en el lado izquierdo del abdomen, que se alivia con la deposición o la expulsión de gases. También es común el ardor de estómago, dolor torácico, digestiones lentas y dolor anal. La hinchazón abdominal suele acompañar las molestias previamente descritas en un alto número de pacientes.
Otros síntomas de colon irritable, aunque menos comunes, son la sensación de evacuación incompleta, el tenesmo rectal (sensación de tener la necesidad de defecar constantemente) y la incontinencia fecal (escapes de heces), así como la expulsión de heces con moco.
Los criterios Roma III de diagnóstico para el síndrome del colon irritable deben incluir, como mínimo, seis meses antes del diagnóstico de los siguientes síntomas continuos o recurrentes: dolor o malestar abdominal más de tres días al mes en los últimos tres meses que se alivia con la defecación, cambio en la frecuencia de la deposición o en la consistencia de las heces.
Es frecuente que los pacientes con síndrome de colon irritable presenten alteraciones psicológicas como ansiedad y depresión.
Al ser síntomas nada específicos, sino que pueden presentarse en otras enfermedades digestivas, consideraremos algunas claves para poder distinguir este proceso de otros trastornos:
El Síndrome del Intestino Irritable (SII) no suele acompañarse de fiebre.
El SII no suele presentar diarrea nocturna.
El SII no presenta sangre con la deposición.
El SII no debe acompañarse de una pérdida de peso.
El SII es extremadamente raro por encima de los 60 años.
Estas características suelen estar relacionadas con otras enfermedades y nos deben hacer dudar de que se trata de un caso de Síndrome del Intestino Irritable.
TRATAMIENTO
El tratamiento de los pacientes con colon irritable no solo depende de un tratamiento médico efectivo, tal como la manipulación dietética y el uso de medicamentos dirigidos a mejorar la función intestinal, sino también, en caso necesario, del uso de antidepresivos con la capacidad de actuar sobre los neurotransmisores implicados en las funciones del intestino. Se ha demostrado que el uso de paroxetina puede mejorar la calidad de vida de estos individuos.
Debe evitarse en lo posible el tratamiento farmacológico, sin embargo, se pueden administrar anticolinérgicos. Se recomienda tratar el estreñimiento con fibra alimentaria y coloides hidrófilos. Se deben excluir de la dieta alimentos que contengan fructosa y sorbitol (especialmente bebidas azucaradas tipo refresco), ya que estos hidratos de carbono con frecuencia no se absorben bien y fermentan en el colon generando gases.
La diarrea puede tratarse con antidiarreicos tipo loperamida y, en caso de dolor abdominal, se recomiendan los espasmolíticos (Buscapina, Spasmoctyl, Duspatalin).
En los últimos años se viene aconsejando el uso periódico de algunos antibióticos de escasa absorción intestinal y que, por tanto, actuarían localmente sobre la flora del intestino.
Entre estos destacan la neomicina y la rifaximina, con tratamientos de una semana al mes a largo plazo, con una notable efectividad sobre los síntomas, especialmente en Síndrome del Intestino Irritable con diarrea.
Texto: Agencia