Un día de paseo por el Centenario

Las altas temperaturas de la ciudad de Mérida no impidieron que un gran número de habitantes, familias, turistas nacionales y hasta algunos extranjeros visitaran ayer domingo el Parque Zoológico Centenario, abarrotando el lugar para disfrutar de un día de paseo y convivencia familiar durante estas vacaciones de Semana Santa.

Desde temprana hora, varias familias comenzaron a llegar para ser los primeros en disfrutar del paseo en el tradicional trenecito, desayunar o comer alguna botana y, por supuesto, admirar a cada una de las especies que se exhiben en el parque.

“Es una excelente opción para pasar el domingo, podemos venir con los niños y ellos juegan, disfrutan y de paso aprenden y conocen a todos los animales, además hay cosas para comer. Es un ambiente muy sano para venir con toda la familia”, expresaron asistentes.

Desde un costado, en la calle 59, comenzaba la oferta de sombreros, abanicos, juguetes, fruta fresca, bolis, jugos y todo tipo de artículos que vendedores ambulantes ofrecían a quienes iban llegando al parque. Luego, entrando al parque, decenas de puestos ofrecían las burbujas, pelotas, carritos y atracciones, como los “pintacaritas” para niñas y niños.

El intenso calor del sol no intimidó a los presentes, ni evitó que se formaran kilométricas filas para comprar un ticket y abordar el trenecito que recorre el zoológico. Mientras unos decidían refrescarse con refrescos, jugos o helados naturales, los más pequeños optaron por tomar un fresco baño y divertirse en las fuentes de chorros para apaciguar el calor.

“Sí hay muchísimo calor, pero se nos pasa con el refresquito o el helado, y a los niños les encanta subirse al tren para pasear y  ver el zoológico, así que hay que hacer que lo disfruten, es para ellos todo esto”, señalaron algunos papás, mientras esperaban su turno para abordar.

Por otra parte, algunos de los menores que llegaban, estresados de tanto estudiar, aprovecharon las vacaciones para tomarse unos minutos en el Centenario y recibir un buen masaje de espalda para relajarse.

Niños, jóvenes, adultos, y personas de la tercera edad que llegaron de diferentes puntos de la ciudad y del estado, desfilaban por los pasillos del parque para quedar sorprendidos ante los maravillosos camellos, avestruces, cebras, felinos, primates, aves y todo tipo de especies que se encuentran en el parque. Por supuesto, no faltaron las fotos y las selfies.

Algunos turistas, nacionales y extranjeros, manifestaron sentirse muy contentos de poder encontrar un lugar agradable para pasar el domingo en compañía de amigos y familiares, sin el bullicio de estruendosa música o la presencia de alcohol.

Miguel Duarte

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