Hacienda Tabi, una reserva ecológica con mucha historia

A 14 kilómetros de la comisaría ticuleña de Yotholin, se encuentra la ex Hacienda de San Juan Bautista Tabi, en la que se pueden admirar edificios de gran valor histórico, como la casa principal de la que fuera en el Siglo XIX una finca ganadera en la que posteriormente floreció un imperio azucarero.

En las más de mil 335 hectáreas de la que hasta 1992 fuera propiedad de don Renán Manzanilla, además de que existían vestigios mayas, se encuentra una gran variedad de especies nativas de selva baja caducifolia y selva mediana sub-caducifolia que incluye una cifra considerable de especies de flora y fauna en peligro de extinción o bajo alguna categoría de protección; por lo que mediante decreto publicado en el Diario Oficial del Estado de Yucatán el 7 de junio de 1994, se declaró como área natural protegida con carácter de Área Natural Protegida de Valor Escénico Histórico y Cultural.

Vale la pena visitar el lugar para observar su bella arquitectura; la fachada de su casa principal es suntuosa, con doble arquería y desde uno de los balcones permite observar a la distancia la espadaña de la que fuera una hermosa capilla, de la cual solamente queda el frente.

Al ingresar al recinto, en medio de la maleza se pueden tomar espectaculares imágenes con lo que queda de las estructuras que soportaban los techos de esta construcción, donde los días 24 de junio, los pobladores de la zona de influencia celebraban la fiesta tradicional en honor a San Juan Bautista.

Esta hacienda fue de las pocas de producción diversificada, cuyos cultivos más importantes fueron la caña de azúcar y el maíz; llegó a su apogeo productivo en el año de 1900, cuando era propiedad de Eulogio Duarte Troncoso, entonces contaba con 14,167 hectáreas y 851 empleados que producían anualmente 920 toneladas de azúcar.

En la actualidad en el lugar se aprecian los corrales y la noria siempre cercanos a la casa principal; los terrenos destinados a la producción agrícola y ganadera, y los de reserva.

Importante es señalar que la casa principal tuvo un papel importante dentro del conjunto, ya que su disposición tomó en cuenta factores climáticos dado el calor y la humedad de la región.

Se buscó la circulación cruzada del viento y la protección del sol, condicionamientos a los que se apegaron la generalidad de las construcciones, de planta abierta longitudinal, con corredores techados que protegieran las fachadas, desde donde se pudiese controlar visualmente el desarrollo de todo el conjunto, que más recientemente se adecuó a las exigencias del proceso manual e industrial del henequén.

Si usted recorre esta zona, seguramente va a disfrutar de la amplia oferta de cítricos y otras frutas que se producen en las pequeñas poblaciones que se encuentran en los alrededores y que terminan ofreciéndose en el mercado de Oxkutzcab.

Texto y fotos: Manuel Pool

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