Los Barbachano Ponce, cineastas que brillaron en el pasado

Los hermanos Manuel y Miguel son considerados grandes impulsores del cine mexicano; sus producciones fílmicas y guiones cinematográficos tienen reconocimientos internacionales

Si usted se acuerda de aquel noticiero cinematográfico y de aquellas películas cómicas llamadas “Chistelandia” en las que aparecía el personaje de don Humberto Cauich, importante es saber que detrás de estas producciones de la década de los cincuenta está la mano de una familia yucateca, los  Barbachano Ponce, que también fueron parte de producciones cinematográficas ganadoras de premios internacionales como “Raíces”, que obtuvo en Cannes el premio de la Crítica 1954.

Es este uno de los cuatro cuentos que forman este film dirigido por Benito Alazraky, que con crudeza se retrata el bullying que sufre un niño por ser tuerto y cuya madre pide con fe y devoción a los Reyes Magos de Tizimín, obteniendo una respuesta inesperada.

Bisnietos de Miguel Barbachano y Tarrazo, quien fue en cinco ocasiones gobernador de Yucatán entre 1841 y 1953, los hermanos Manuel y Miguel Barbachano Ponce, son considerados grandes impulsores del cine mexicano.

Al igual que don Fernando Barbachano Peón triunfó en el mundo de la industria turística, sus sobrinos, los hermanos  Barbachano Ponce, hicieron historia y pusieron muy en alto el nombre de Yucatán con sus producciones fílmicas y guiones cinematográficos.

Fueron hijos de don Manuel Barbachano Bolio y de doña Isabel de las Mercedes Ponce Vidiella y primos del escritor Juan Garcia Ponce. En 1938, por cuestiones de salud de Miguel, la familia se mudó a La Habana, Cuba, y un año después retornaron al país, estableciéndose en la capital.

Manuel, quien nació en Mérida el 4 de abril de 1925, estudió publicidad y mercadotecnia en la Universidad de Columbia y en 1947 comenzó a escribir guiones cinematográficos para varias compañías, y tres años más tarde produjo el noticiero cinematográfico Tele Revista en el que participaba don Fernando de Marcos.

En 1958, con Torero, fue nominado al Óscar al mejor documental. En esta película que dirigió Carlos Velo, se cuenta la vida del matador Luis Procuna, quien por cierto demandó a Barbachano por no pagarle los derechos que le correspondían.

Un año después, Nazarín, que dirigió Luis Buñuel en 1959, también recibió el premio de la crítica en Cannes y muchos años después la Cineteca Nacional le rindió homenaje en 1990 otorgándole la Medalla Salvador Toscano.

Respecto a Miguel, que nació en 1930 en Mérida y falleció en México apenas el 12 de mayo de 2020, fue en la capital donde realizó estudios de secundaria y los preparatorios para ingresar en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), en las facultades de Derecho y de Filosofía y Letras.

Fue docente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales entre 1971 y 2001 impartiendo la cátedra de historia del cine. Como dramaturgo publicó El hacedor de dioses, su primera obra teatral, en 1954. El texto está basada en el cuento “El diosero” de Francisco de Rojas González. Cuatro años después, en 1959, publicó “Las lanzas rota”s, basado en la Revolución de Cuba.

En 196, escribió una de las primeras novelas que abordan la homosexualidad sin censura en México: El diario de José Toledo (1964).

De 1955 a 1974 fue director del noticiero cultural Cine Verdad, cuyo redactor fue José Emilio Pacheco; el noticiero se emitió en las salas cinematográficas de México entre los años sesenta. Fue el director de Tele-Revista, productor, de 1974 a 1982, del Canal 13, colaborador de Excélsior, La Jornada y Unomásuno.​ En el campo del cine promocionó desde 1955 hasta 2020 el rodaje de películas y cortometrajes.

Texto: Manuel Pool

Fotos: Cortesía

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