Los cenotes artificiales terminan como depósitos de aguas negras

El especialista Sergio Grosjean señala que suelen terminar como charcos, ya que el agua se estanca por carecer de flujo natural

Al  menos cuatro “cenotes  artificiales” en los estados de Yucatán y Quintana Roo son los casos identificados por el investigador arqueólogo Sergio Grosjean Abimerhi, que han terminado como charcos de aguas negras, tras efectuar perforaciones en propiedades privadas, con el fin de subirle el precio a los compradores interesados en adquirir uno de estos depósitos de agua para hacer negocio o para disfrute propio.

En entrevista, el investigador explicó que después de unos meses, incluso semanas o días, dependiendo del tipo de construcción que se haya realizado, estos “cenotes” terminan convirtiéndose en depósitos de aguas negras, ya que el agua se estanca y no tiene el mismo flujo natural que las cenotes reales, ademá de que también se contaminan por factores externos como basura o lluvia.

De mismo modo comentó que junto a estos casos igual se da que cenotes naturales sean ampliados por sus dueños, cambiando sus dimensiones, esto con el objetivo de que puedan ingresar una mayor cantidad de personas para bañarse, nadar o cualquier otra actividad que los turistas realicen, lo cual hace que estos cenotes terminen de la misma forma que los artificiales, como estanques de aguas negras.

Según comentó Sergio Grosjean, esto último sucede porque las dimensiones de los cenotes están muy relacionadas con las corrientes por donde se mueven estas aguas entre las cuevas interconectadas. Este flujo es lo que permite al agua de los cenotes mantenerse traslúcida y limpia, ya que se encuentra en movimiento y no permite la generación de las bacterias que sí se presentan en las aguas estancadas, volviéndolas verdes o negras.

Texto: Diego Cervantes

Foto: Cortesía

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