La Canadevi señala que la concentración se da en las zonas poniente, oriente y norte; al año se construyen unas 10 mil viviendas
En Mérida, la oferta de viviendas se ha incrementado en promedio durante la última década a razón de 10 mil casas por año, lo que ha influido en el crecimiento de la mancha urbana de la ciudad, la cual aumentó un 1% en los últimos años, según el análisis realizado por la Cámara de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), delegación Yucatán, dado a conocer por su presidente, Eduardo Ancona Cámara, durante una entrevista para Peninsular Punto Medio.
Para hablar del crecimiento de Mérida, dijo, se deben mencionar varios factores que influyen en el desarrollo orgánico de la ciudad, entre los que se consideran su población, los proyectos de inversión en puerta, la movilidad y los servicios públicos de la urbe, así como la llegada de nuevos desarrollos habitacionales que van “haciendo la ciudad”. También no está de más mencionar cuáles son los planes que tienen las autoridades y empresarios para este crecimiento de la metrópoli.
El presidente de la Canadevi mencionó que Mérida ya debió alcanzar el millón de habitantes en la actualidad, lo que representa a prácticamente la mitad de la población en todo el Estado, lo que ha propiciado el desarrollo habitacional, comercial y de servicios, que, junto a la seguridad y paz social que se percibe en la entidad, también ha hecho que más personas del interior de la república llegue a vivir aquí o a poner negocios.
Cabe recordar que, al menos en 2020, Mérida ya tenía un total de 995 mil 129 habitantes y Yucatán alcanzó los 2 millones 320 mil 898, según el Inegi, lo que significa que alrededor de la mitad de la población del Estado se encontraba en la capital y, por lo tanto, la estimación del líder empresarial está bien fundada.
Es un hecho que la ciudad va creciendo conforme llegan nuevos desarrollos inmobiliarios o fraccionamientos; estos últimos son los que marcan la tendencia de empresarios y autoridades para la creación de nuevos negocios, industrias, zonas comerciales y proyectos que generen empleo, productos y servicios a la población alrededor de ellos, permitiendo una mejor calidad de vida.
De acuerdo con el Inegi, ya hay en Yucatán, al menos, 658 mil 85 viviendas y, siguiendo la lógica de que la mitad de la población se encuentra en Mérida, se puede decir que al menos la mitad de los hogares son de la capital, lo que significa que son alrededor de 300 mil, de las cuales 100 mil son nuevas casas que recién se construyeron en los últimos 10 años, según el ritmo de crecimiento estimado por la Canadevi.
Durante la entrevista, Ancona Cámara mencionó que la mayor concentración de la población se está dando en las zonas poniente, oriente y norte de la ciudad, que es lo mismo decir, menos al sur. Sin embargo, en esta región también mencionó que ya hay dos grandes desarrollos habitacionales con un buen porcentaje de ocupación que “ya están completamente desarrollados, consolidados y con mucha vida”, refiriéndose a San Marcos y Piedra de Agua. Ante la creencia de que existen colonias de la ciudad que puedan estar ocupadas por grupos de coterráneos, por ejemplo, zonas donde solo haya gente de Ciudad de México, de Monterrey o gente principalmente del extranjero, que están desplazando a los yucatecos de la capital, Eduardo Ancona señaló que la decisión para la compra de una vivienda está condicionada por tres factores para los locales y dos para los foráneos.
Las primeras tres son: la cercanía al lugar de trabajo: ¿Cuánto tiempo me va costar llegar al trabajo? ¿Cuáles son las opciones en caso de que el trabajo cambie? La segunda razón son los servicios disponibles como educación, agua y electricidad: ¿Qué tan lejos está la escuela de mis hijos? En casos de tenerlos, claro está, así como la distancia de los centros comerciales y sitios de esparcimiento.
Por último, la tercera condicionante es la distancia al lugar donde viven los padres, esto porque la dinámica entre los yucatecos es que, cuando tienen hijos, usualmente los padres ayudan a las nuevas familias, mientras se consolidan, cuidando a los hijos en las horas de trabajo. En el caso de los que vienen de fuera, este requisito no se presenta porque en la mayoría de los casos los padres se quedan en el lugar de origen.
Texto: Diego Cervantes
Foto: Cortesía
